martes, 20 de diciembre de 2016

El renacimiento indígena (Art.1 Pt.2): Un relato familiar y medio socialistón (Requisito: haber leído parte 1 de éste artículo)

Una vez escuché que alguien comentaba "¿quién es el que trae progreso a este país? ¿acaso los nativos?". Se supone que el extracto de minerales es la "actividad clave del éxito" en los países en vías de desarrollo (Perú es uno de ellos). Muchas veces he confesado a mi padre, dedicado a trabajar con petróleo, cuán en deuda estoy con él. Le dije más de una vez "te agradezco inconmensurablemente. Te has roto el lomo por nosotros (y todo el floro de las clases trabajadoras)... y agradezco a la empresa donde trabajas, porque por muchos años, me alimenté, vestí y eduqué gracias al petróleo". Sigo agradecido, tengo que reconocerlo: gracias al petróleo tuvimos nuestro primer viaje a America, la nación de las oportunidades y el buen porvenir. Gracias al petroleo tuvimos una vida occidental bastante aceptable. 

Sin embargo, por otro lado, me siento un malagradecido, pues sigo defendiendo a las comunidades nativas pese a no deberles algo material; pese a que no haya recibido algo material de ellas (excepto por haber comprado una suntuosa pulsera de guaraná en Cantagallo). Las defiendo incluso más que al Estado y a la empresa (empiezan los rumores de "socialista", "rojo" y muy probablemente "terruco").  Entonces me hago la pregunta: ¿por qué "defiendo al enemigo"? ¿Por qué busco 3 pies al gato? (como dice mi padre). Varias veces me han dado a entender, a manera de amenaza camuflada creo yo, que si los apoyo tanto, debería vivir como ellos. En una pregunta directa sería: ¿Qué harías si vivieramos como viven los nativos de la amazonía? ¿Por qué te quedas en Lima y no te vas a vivir por allá? 

Ante la pregunta anterior, tengo la siguiente respuesta: He visitado comunidades indígenas (en realidad mestizas pero con predominancia indígena, fenotípica y culturalmente hablando). Me he quedado allí por semanas y más de una vez, y creo que no tendría problema en volver a hacerlo. Pero yo no nací en una comunidad indígena ni fui criado como indígena ni por indígenas y, además, simplemente no me mudaría porque no quiero; me he acostumbrado a otro modo de vivir y me sería muy difícil adaptarme a aquel mundo. ¿Por qué entonces saco cara por ellos? Otras veces me han dicho directamente que soy un "caviar de la católica", un hipócrita social (ustedes entienden). Pero yo no tengo un Mercedes ni casa con piscina en la Planicie. Vivo en un departamento chico y manejo una bicicleta. Además no soy de esos que se desgarran las ropas hablando de la "pobredumbre" pero que, cuando pasa un mendigo, sienten repulsión y le dan 20 céntimos para que vean que sí son "buenas personas" (tomar como referencia al personaje Micky Vainilla de Peter Capusotto). Pero sí creo en la la equidad; no igualdad, sino equidad. Tengo mi propia manera de concebir una sociedad ideal. Pero sin volar mucho, creo que de haber quedado los Incas intactos en América -pese a haber tenido ciertas conductas autoritarias, clasistas o nepotistas-, el Perú no sería el lastre del que como peruanos nos hemos quejado por tanto tiempo, especialmente al compararnos con las naciones "ricas", "poderosas" y "famosas".    



Existen diversas agrupaciones humanas formadas con base en características físicas, comportamentales, ideológicas, etc. (véase teoría del endogrupo y exogrupo). Tendemos a catalogar a las personas, por ejemplo, por sus formas de hablar y vestir, adquirimos una actitud hacia ellas en función a la percepción que tenemos de nosotros mismos, y las agrupamos; algunas personas caen adentro de nuestro grupo de pertenencia y otras fuera de él. Con este proceso clasificatorio, el ser humano va identificando diversos grupos culturales y étnicos alrededor del mundo. En la actualidad existen personas con una misma nacionalidad pero pertenecen a diversos y distintos grupos; véase como ejemplo países como Estados Unidos o Canadá. Dicha diversidad social puede ser muy hermosa pero también muy peligrosa. Como humanos, sabemos convivir con grupos distintos y de manera simbiótica, pero en algunos casos tendemos también a ser altamente conflictivos y destructivos, a querer someter negativamente o subyugar a otros grupos humanos para proteger y garantizar nuestra supervivencia. Sin embargo, hemos llegado a un punto en el que maltratamos a otros seres humanos simplemente para sobrealimentar nuestros egos, conseguir más estatus. Allí empiezan los excesos y es necesario tomarse una pausa para reflexionar.              

Hablando con honestidad, en las Américas, los indígenas y descendientes de indígenas son "mayorías tratadas como minorías"; y tratadas incluso como personas de menor valor (tal como cuenta la canción El plebeyo). Y en un conflicto de tres -como el caso de la empresa, el Estado y las comunidades indígenas- quien tiende a salir perdiendo es el "menor"; ya sea por su inferior condición social o carencia de fuerza bruta. Siendo directos, un individuo A socialmente superior, más alto y más fuerte, puede decir que las manzanas son de color naranja; mientras un individuo B, socialmente inferior, menos alto y menos fuerte, puede decir que las manzanas son rojas. En un litigio, hay más probabilidades de que se le de razón al hombre A y no al hombre B; y se defienda al hombre A y no al hombre B.  

(Continuación en parte 3Creo que la razón por la que apoyo a los grupos indígenas es una suerte de "sentido de equilibrio")
   
http://www.scout.es/uploads/Juegos/aventurate/ENG/deconstructing.pdf

lunes, 12 de diciembre de 2016

El poder de las palabras (Parte 1)

Cuando en el 2006 dijeron "Plutón dejó de ser un planeta", yo pensé que había explosionado y dejado de existir (sin exagerar). Pero el astro sigue existiendo físicamente y gira alrededor del sol como siempre lo ha hecho, sólo que simplemente ya no es un "planeta". Así ocurre con muchos elementos del lenguaje. Por ejemplo, el término "taquigrafiar" ya no será una palabra en unos años y la palabra "whatsapear" pronto se convertirá en una palabra registrada en la Real Academica Española; además, Pedro, ayer martes, no era bachiller pero hoy miercoles sí porque ya tiene su cartón de "Bachiller" en mano (aunque, entre ayer y hoy, Pedro no haya cambiado tanto tanto que digamos; sigue siendo el mismo chico). Estos ejemplos son muestra de un mecanismo de subsistencia humana, el cual nos sigue siendo útil (aunque a veces se va a ciertos extremos y se cae en lo absurdo); nos hemos vuelto expertos en crear nuevas palabras y nuevas "realidades" junto con ellas.

El mecanismo detrás de las palabras

Con base en observaciones tangibles del espacio físico, el ser humano va construyendo representaciones mentales. Muchas de ellas están más cercanas a la realidad que otras (Véase Bunge, 1973). Algunos estímulos del espacio físico corresponden a un patrón de representación mental consensuado; es decir, cierto grupo de gente está de acuerdo con que determinado estímulo de su espacio, por sus características físicas, es una "piedra", determinado otro es un "árbol" y determinado otro es una "persona". Esto es posible mediante la capacidad humana de formar conceptos (Kerlinger, 1988); por ejemplo, una "persona" es definida por "tener dos brazos, dos piernas, caminar erguida y hablar en un lenguaje comprensible y sofisticado".  

Si así ocurre con la definición de elementos físicos como una piedra, con elementos abstractos, éste proceso se complejiza, y aveces mucho más. Cuando se trata de agrupar y definir elementos abstractos (conceptos) como "virtud", "coraje", "heterogeneidad", etc., la tarea se vuelve más complicada, ya que estos elementos son intangibles, no pertenecen al espacio físico. Incluso, existen elementos abstractos (conceptos), e.g. idiosincrasia, que son definidos por otros elementos abstractos como "rasgos", "temperarmento", "caracter" y "colectividad". E incluso, algunos de estos elementos abstractos también son definidos por otra banda adicional de elementos abstractos y así sucesivamente. El ser humano, para referirse a y estudiar ciertos conceptos y fenómenos (e.g. por qué la gente protesta por cierta ley estatal), los tratan como constructos (véase Kerlinger, 1988) para así dar sentido a cosas y fenómenos no palpables en el espacio.  

Algunos constructos explican fenómenos que implican términos muy abstractos y complicados, por lo que estos se vuelven parte de una gigantesca, infinita y caótica nebulosa, la que puede volverse un dolor de cabeza para cualquiera (especialmente para los asiduos pensadores). Kerlinger afirma que los constructos son palabras especialmente usadas en distintos ámbitos científicos; pero también podemos decir que simplemente son palabras "construidas" (valga la redundancia) mediante otras palabras; en otras palabras, palabras inventadas usando otras palabras (valga la redundancia). Así tenemos, por ejemplo, la "compulsividad" definida como una "tendencia" a tener "conductas" "compulsivas"; y se puede seguir el juego de palabras definiendo "conductas" o "compulsivas". La compulsividad no existía en la mente del ser humano hasta que éste la construyó (la convirtió en un constructo); y ahora es un término que se usa cada día más.             
También se reinventan nuevas palabras. Por ejemplo, en la astronomía, una estrella es "un cuerpo celeste que emite mucha energía en el espacio" y, en un contexto social, es "una persona famosa o sobresaliente". O también se tiene la palabra "joyita", que es una joya pequeña y bonita; pero en otros contextos, es una persona con comportamientos poco aceptables socialmente. Así se puede llegar a eufemismos que generan malentendidos. Por ejemplo, Juan le dice a Andrea, "Roberto es una joyita", y Roberto, que estuvo a pocos metros, ha escuchado la frase. "¿Qué dices que soy?", le pregunta Roberto a Juan. "Que eres una joyita porque... porque vales un montón", responde Juan, nervioso intentando salvar la situación. "Ah, ok, pensé que te referías a otra cosa", responde Roberto suspicaz.     

[Continuación de artículo (parte 2): Hay palabras que pueden matar Nos dicen que más duele el insulto de un padre que su cachetada (...)] 


Referencias:

Bunge, M. (1973). La ciencia, su método y filosofía. Buenos Aires: Siglo XX.

Kerlinger, F. (1988). Investigación del Comportamiento. Segunda Edición. México: McGraw-Hill.

miércoles, 23 de noviembre de 2016

Cura para homosexuales

"Vino algo sobrenatural sobre mi (...) cuando me levanté, Cristo había quitado la venda de mis ojos (...) y nunca más lo hice (...) el demonio del homosexualismo salió (...)" 
(Fernando Ñaupari, ex homosexual)


Hasta 1973, la homosexualidad era considerada una enfermedad mental por la American Psychiatric Association. Esto estigmatizó a alrededor de un 10% de la población humana, la cual era homosexual de acuerdo a Kinsey en 1948 (la cifra ha ido variando de acuerdo a estudios recientes, véase Robinson 2002). En efecto, los homosexuales han sido una minoría a la cual se atribuyó características más negativas que positivas: infertilidad, perversión, enfermedades contagiosas o muerte temprana. Es por ello que muchos homosexuales han buscado maneras de "mimetizarse" para no ser "descubiertos", mientras que otros se alejaron de sus entornos sociales; entre ellos, algunos se dejaron llevar por el estigma social que llevaban en su cabeza y cayeron en un estilo de vida que confirmaba su mala fama como tales -se prostituyeron y entraron a una mala vida-. Muchos de ellos se travistieron y otros llegaron a cambiarse de género y nombre. Por otro lado, algunos también decidieron acudir a métodos para "volverse hombres". 



Ante muchos esfuerzos para revertir la desviación, muchos padres preocupados y niños ansiosos acudieron a ayuda especializada. A continuación se presenta tres curas típicas para la homosexualidad: La espiritual, la médica y la psicológica.  

Cura espiritual

La cura espiritual consiste en reconocer y confesar tu pecado (tendencia homosexual) a Cristo, principalmente en iglesias evangélicas; "te rindes ante el poder de la Cruz". De esa forma, todo demonio o fuerza maligna sale del cuerpo y vuelves a ser "un varón de Cristo". Los casos son bastante pocos, pero existen. Y al decir que existen, no necesariamente se ha comprobado que las personas dejen de tener tendencias homosexuales y cambien drástica y fácilmente a un vida sexual heterosexual. Muchos creyentes, más conservadores, hablan de que estos milagros son completamente ciertos ya que son obra del espíritu santo. Otros, más liberales admiten que los impulsos homosexuales siguen allí pero es la elección, determinación, esfuerzo y perseverancia de la misma persona lo que hace a este cambio de vida un verdadero milagro.     


Cura médica 

Escuché casos de personas que dejaron de comer el ala de pollo porque les podía crecer el busto o podían empezar a "muñequearse" por las hormonas femeninas que contenía ese alimento (Véase discursos de modelo colombiana Natalia Paris y presidente boliviano Evo Morales). También he escuchado de casos en los que se inyectaba hormonas masculinas a niños que tendían a un afeminamiento notable (probablemente esto se siga haciendo). No conozco gente que se haya vuelto homosexual por comer alas de pollo (aún) pero sí conozco algunas personas que, tras recibir el tratamiento hormonal, no cambiaron sus instintos homosexuales (es decir, sentirse atraídos sexualmente por personas del mismo sexo). Actualmente son bastante heterosexualmente codiciados y sus formas de comportarse son más masculinas que las de un macho mujeriego "pelo en pecho" (Claro que, vulgarmente hablando, son "churros" pero "plancha quemada").   

Cura psicológica

Los tratamientos psicológicos para la homosexualidad, en resumen, consisten en el emparejamiento (asociación) del estímulo neutro o adverso a un estímulo naturalmente placentero. En otras palabras, es como tratar de hacer que una persona babée por una porción de heces con sólo dar (a las heces) un aspecto de jugosa hamburguesa y un aroma parrillero (además de ponerle cloro, vinagre y harto orégano). Sin ser muy extremos, hay niños que aprenden a comer vegetales con -digamos- engaños; sus padres les hacen el juego del "avioncito" o licuan el brócoli con leche, vainilla y azúcar para que el niño lo coma. También ocurre que si un niño encuentra gusto a jugar en el lodo, el padre le da de palmazos cada vez que lo hace hasta que el niño deja de hacerlo (sí funciona); los psicólogos llaman a esto aprendizaje o condicionamiento (Clásico en el caso del bròcoli y Operante en el caso del lodo) . Muchos resultados deseados se dan gracias a esta fabulosa técnica. 


Sin embargo, si se aplica esta técnica externa con algo más intrínseco al individuo, por decir, una tendencia instintiva de sentimiento o comportamiento (de orígen congénito o genético), es muy difícil cambiar dicho patrón. Teóricamente, con el condicionamiento se puede lograr que un infante llegue a ser hasta un superhéroe; sin embargo, nuestra estructura biológica ha sido diseñada y moldeada de una forma que no puede modificarse en diversos aspectos (véase postura del gen homosexual).   

En síntesis, esta escena (en American Horror Story) es una fabulosa muestra de lo que hacían los psicólogos y psiquiatras con los homosexuales para curarlos. Aún hay tratamientos desde médicos (inyección de hormonas) hasta espirituales (exorcismos o liberaciones). Sin embargo, no se ha probado empírica ni convincentemente la reversibilidad de esta "desviación". 


Referencias:

Robinson (2002). What Percentage of the Population Is Gay? Poll. Extraído de internet: http://www.gallup.com/poll/6961/what-percentage-population-gay.aspx



miércoles, 2 de noviembre de 2016

El renacimiento indígena (Art.1 Pt.1): Un relato familiar (y medio socialistón)

26 de octubre 2016
Mi padre llega de viaje una vez más. Acaba de salir de un engorro judicial del trabajo en el que se le acusó por un delito mínimo que el no cometió y se le amenazó con despedirlo. Además, hace poco, ésta compañía petrolera para la que él trabaja ha sufrido un fuerte boycot por parte del Estado, los medios y algunas comunidades indígenas de la amazonía; para el cake cherry, su hermano (mi tío) falleció hace una semana. Mi padre ya no es el mismo joven y enérgico padre de familia que llega con bolsas de comida y juguetes a la casa provinciana. Ahora es un señorón más acriollado, quien al llegar a casa, aclama indignado "nos han vuelto a joder el oleoducto". Cada uno hace lo que puede y lamentablemente, a más esfuerzo se haga, más responsabilidades caen sobre nosotros, y ahí encaja muy bien mi padre; suena injusto pero algunas personas tienen el desafiante trabajo de limpiar el embarre de muchos otros.     

Extraída de Peru21 (http://peru21.pe/economia/derramesde-petroleo-habrian-sido-causados-2260902)

Las comunidades nativas han vuelto a dañar el tubo por el que pasa el petróleo. Chorros de petróleo están manchando y contaminando el suelo amazónico. Esto es obvia y realmente serio ¿Quién es el culpable de esta tragedia para la gente en Lima y los medios locales? En la mayoría de casos se ha acusado a quien transporta el mineral, es decir, la compañía a cargo; por su negligencia y no asegurarse de usar un buen metal para su oleoducto. ¿Quien es el culpable para la compañía? Para la mayoría de trabajadores de ésta son los nativos y nadie más. ¿Quien es el culpable para los nativos? Para ellos, la empresa y el estado, quienes no atienden a sus necesidades y "pues, ellos se lo buscaron". ¿Quien es el culpable para el gobierno? La compañía encargada y los nativos en sí, por atentar contra un bien público. 

Fotos extraídas de (en orden de aparición, de izquierda a derecha y de arriba a abajo):
1. http://www.iletours.com/spanish/peru-guia-viajes/destinos-lima.php
2. http://www.andina.com.pe/agencia/noticia-petroperu-refineria-talara-procesa-65000-barriles-diarios-crudo-550685.aspx
3. http://www.inforegion.pe/182692/pueblos-indigenas-amazonicos-expondran-su-propuesta-ante-la-cop20/

Los tres: Estado, empresa y comunidades nativas estan involucrados pero es evidente que "se pasan la pelota". El petroleo se sigue derramando, el medioambiente es afectado y la gente se intoxica y muere en muchos casos; además la sociedad se divide, se "cuartea". Ante esto, no sólo hay que escribir columnas y mostrar reportajes, sino que se debe actuar. Pero para actuar bien, no sólo hay que actuar por actuar; hay que analizar el problema por los menos por 1 día. El tiempo juega a nuestra contra pero en 1 día la gente se va a tomar unos traguitos, comer un cevichito, ver unos partidos y tomar una siesta (es lo más saludable, pero alguien tiene que sacrificar su salud para evitar el detrimento de la salud de muchos otros). Además, cuando estamos hartos del mismo hastiante trabajo, hasta en los negocios nos dejamos llevar por nuestro instinto de supervivencia y jalamos agua para nuestro propio molino sin darnos tiempo de razonar; uno quiere terminar su trabajo de cualquier forma e irse a su casa tranquilo y sin perjudicarse. Así, lo más probable es que los tres bandos se aproximen entre sí con una mala actitud, siempre a la defensiva, y no lleguen a decisiones tan beneficiosas e inteligentes para la sociedad en sí. Ya vemos las consecuencias de una mala comunicación: varios atentados (alrededor de 7) contra el oleoducto. 

¿Por que se sigue derramando petróleo?

Es muy probable que las comunidades nativas sean las responsables directas y por tanto, la principal causa del problema. Pero ¿qué hay de trasfondo? ¿Acaso no es el oleoducto una estructura ajena que se ha instalado en lo que muchos seres humanos, peruanos, llaman hogar (Urarinas, Parinari, Alto Amazonas, Bagua, Condorcanqui etc.)? ¿Qué haríamos si bajo toda la vía del tren eléctrico de Lima el gobierno impusiera la construcción de un oleoducto? ¿Piferíamos como lo hicieron los vecinos aledaños al actual bypass en el puente Benavides? Y es que nos cuesta ponernos en los zapatos del otro, pero es necesario sacrificar los egos, sentarse y dialogar civilizadamente. ¿Quién dará el primer paso? Personalmente pienso que el gobierno debería tener una solución; sin embargo, prefieren "solucionar" el tema desde las confortables sillas del palacio de gobierno, lo que equivale a no solucionar algo en lo absoluto. Ahora la peor chamba recae sobre la empresa, que es culpada tanto por el Estado (por negligencias técnicas en la empresa) así como por las comunidades nativas (por atentar contra su hogar y no atender a sus necesidades).   

¿Quién es el verdadero culpable y quién es la víctima?

Este diálogo queda abierto...

jueves, 27 de octubre de 2016

Horror al negro: En todo el sentido que puedas imaginarte (Parte 2)

El problema con el color negro percibido en las personas

Los infantes clasifican los estímulos principalmente por tamaños, colores y formas (Brunick & Cutting, 2014)Estos estímulos también incluyen personas. Así como el tamaño de una persona es muy notorio para un niño, el color impacta de una manera similar. Gracias a réplicas del experimento de Clark y Clark (1947), se infiere que los infantes que nacen y se crían en contextos étnicos mixtos (mestizos o multiculturales) tienden a preferir los colores claruzcos como el amarillo, en las personas (Brunick & Cutting, 2014). Se presume que en contextos étnicos puramente africanos, se puede presumir que los niños seguirían atribuyendo características positivas a la muñeca "blanca" y negativas a la muñeca "negra", por que aún poseen un instinto innato que fue funcional hace millones de años. Un niño que se siente atraído por colores oscuros o figuras oscuras puede ir hacia lugares carentes de luz y entrar en peligro (e.g. caer a un hoyo, ser atacado por algún animal salvaje) y es por ello que la naturaleza los dotó con el famoso "miedo a la oscuridad". Sin embargo, es necesario definir si esta preferencia de los niños se debe realmente a este instinto ancestral o a la influencia temprana de las culturas racistas en ellos.

(Experimento de Clark y Clark: Réplica con niños de República Dominicana, donde 73% de la población es mestiza-mulata, no blanca)

Por otro lado, los niños, al interactuar con una persona lo hacen directamente mediante el contacto visual y corporal, lo que implica ver y tocar la piel de la otra persona. Tengo el conocimiento del caso de un niño latinoamericano de piel trigueña (tono promedio de piel en Sudamérica), quien después de tocar a otro niño de piel bastante más oscura, tenía la idea de que se podía "manchar de negro". Se reitera que éste tipo de casos requieren un mayor estudio para ver si se dan por influencia de la cultura o por una tendencia innata a sentir cierto recelo por superficies orgánicas oscuras, como la de un animal o una persona de tono más oscuro que el propio. Esto puede ser desfavorable para las personas que poseen tonos de piel (incluso de ojos y cabello) más oscuros que otras.

Extraído de Shutterstock (http://www.shutterstock.com/es/video/clip-4710911-stock-footage-camera-tilt-up-of-a-black-soccer-player-holding-a-ball-and-looking-into-the-camera.html?src=rel/11831129:3/3p)   

Sin embargo, cabe decir que la cultura influye mucho y etiqueta los casos de forma extrema y sensacional. Es decir, nos hemos acostumbrado a llamar "amarillos" a los asiáticos (cuando nunca se ha visto un oriental realmente amarillo, excepto por Pikachu o alguien con hepatitis), "cholos" a los mestizos de piel oscura (cuando puede haber "cholos" blanquiñosos), "blancos" a los caucasodescendientes (cuando el tono de piel de Santa Claus y el tío Sam es más rosado que blanco), "negros" a los afrodescendientes (cuando el tono de piel es más bien tostado o cobrizo en algunos casos, pero no realmente negro como el fondo de la única imagen presentada antes de este párrafo; nótese la diferencia de colores). Dejando de lado el tabú, hasta el día de hoy existe basta evidencia de los prejuicios latentes (no necesariamente explícitos) que tienen las personas respecto a personas con tonos de piel más oscuros (Eberhardt, Atiba Goff, Purdie & Davies, 2004). Hablando cruda y chabacanamente, hay gente a la que se le acelera el corazón al ver a un "negro" acercándose a ella en un pasaje oscuro de la calle a las once de la noche. Asimismo, hay gente que hace bromas acerca de la sexualidad y los genitales de los "negros"; se cuentan rumores de que son buenos amantes, bailarines y corredores de maratón, pero también tienen "una verdadera" que te puede "hacer feliz" o te puede "hacer sufrir".  

¿Cambiaremos nuestros prejuicios por el color en las personas? 


Pese a todo el avance psico-social que hemos tenido como especie humana, aún nos es imposible anular los prejuicios, por más que hagamos el esfuerzo; queramos o no, está comprobado que nos es natural ser prejuicioso y clasificador con las personas (Myers, 2013).  No nos auto-culpemos ni auto-tildemos de racistas, ya que nuestra reacción es entendible, tomando en cuenta los argumentos expuestos en los párrafos anteriores. Sin embargo, no confundamos prejuicio, que es el sentimiento, con discriminación, que es el comportamiento. 

Si discriminamos, debemos reconocer que no estamos haciendo lo correcto para nuestra sociedad. Asimismo, como humanos, tenemos un gran y larga tarea psicológica por delante en cuanto a transformar nuestras culturas para reducir al mínimo o nulo estos prejuicios o ideas que, a estas alturas (siglo XXI), son completamente absurdas. Entonces, estaremos en la cúspide de la evolución el día en que sepamos manejar nuestros prejuicios. Para aquel entonces, el humano promedio (nuestro descendiente) inminentemente adoptará un tono de piel, si no es cobrizo, negruzco (teoría del gen del color dominante en la reproducción) y habrá menos problemas de discriminación. 


Rostro del Norteamericano promedio en el año 2050 según la National Geographic

Por el momento, estamos avanzando en cuanto a la disminución de los prejuicios gracias a la investigación científica; es de importancia mencionar que la ciencia está demostrando que hasta la persona más blanca del universo posee genes de una matriarca negra que habitó el noreste del continente Africano hace alrededor de tres millones de años. La tribu a la que ella (nuestra Eva negra) perteneció estaba compuesta por homo erectus quienes fueron capaces de sobrevivir y evolucionar para convertirse pronto en los homo sapiens de hoy; mientras que otros linajes similares de humanoides (como los Neanderthales) no tuvieron la suficiente capacidad para sobrevivir al hostil ambiente. Entonces, quien se auto-clasifique como "negro", tiene muchos puntos a su favor más que a su contra, así como diversas razones de sentirse orgulloso del fenotipo que cree tener.

(Video de Discovery sobre el origen de la humanidad: La verdadera Eva)


Referencias:

Brunick, K. L. & Cutting, J. E. (2014). Coloring the animated world: Exploring human color perception and preference through the animated film. En P. Taberham & T. Nanicelli (eds.) Cognitive media theory,124-138, New York: Routledge.

Eberhardt, J., Atiba Goff, Ph., Purdie, V. & Davies, P. (2004). Seeing Black: Race, Crime, and Visual Processing. Journal of Personality and Social Psychology, 87 (6), 876 – 893

Myers, D. (2013). Social Psychology. Eleventh Edition, McGraw-Hill Education Learning Technology Specialist, 




lunes, 24 de octubre de 2016

Horror al negro: En todo el sentido que puedas imaginarte (parte 1)

El color negro tiene diversas connotaciones. En ciertos contextos como el Marketing, es asociado a la elegancia, el lujo, la calidad, la confiabilidad o el poder (Chang & Lin, 2010; Bottomley & Doyle, 2006). Pero en otros contextos, es asociado con elementos negativos como la muerte (Chang et al., 2010), los cuales generan emociones como tristeza (Bottomley et al., 2006), miedo, enojo o temor al misterio (Chang et al., 2010). El color negro en un auto o un smokin puede ser atractivo, pero una habitación oscura de paredes negras o una silueta oscura dibujada en un fondo de más oscuridad pueden provocarnos aversión. No nos sorprendamos ante esto, ya que la literatura científica sugiere que esto está inserto en nuestra naturaleza.

Extraído de Flickr (https://www.flickr.com/photos/14183905@N04/15074294822/)
El  color negro, en términos físicos, puede definirse como una simple falta de luz. Los niños empiezan a percibir su mundo visualmente mediante los contrastes cromáticos entre una gama de tonalidades que fluctúan entre el color negro (falta de luz) y blanco (Smithson, 2014). Es la percepción del contraste blanco-negro lo que marcará la diferencia en la supervivencia y desarrollo del niño. Este aprende que los espacios de tonos demasiado oscuros, es decir, donde hay escasa luz, no podrá identificar estímulos; por tanto debe alejarse de ellos. Así se tiene una primera mala experiencia con el color negro, por causa de una ingenua pero muy instintiva asociación a la falta de luz.   

¿Por qué es importante el color para nosotros?

La distinción de colores ha sido fundamental en la evolución humana (Amsteus, Al-Shaaban, Wallin & Sjöqvist, 2015; Hurlbert & Ling, 2007). El universo es oscuro, negro en su mayoría y es la luz la que nos permite percibir las cosas, los colores. De habernos desarrollado sin luz, seríamos seres ciegos, veríamos "todo negro" y probablemente habríamos perecido o no seríamos los homosapiens que somos actualmente. Siendo seres visuales, los colores nos han ayudado a identificar recompensas de amenazas, vida de muerte. Asimismo, los colores están estrechamente vinculados a la producción de ciertas emociones (Valdez & Mehrabian, 1994); estos son usados por el ser humano para expresar emociones o mensajes complejos (Steinvall, 2007), así como también para identificar ciertos estímulos y clasificarlos con fines adaptativos y de supervivencia (Eliot, 2015).

Extraído de WallDevil (https://www.walldevil.com/879830-smoking-demon-wallpaper.html)
A lo largo de la historia se ha asociado el color negro principalmente a aspectos negativos (Sherman & Clore, 2009) como por ejemplo, la oscuridad absoluta de un lugar, el vacío de un abismo, la contaminación oscura de lo blanco y puro, las culturas emo o dark, el reino de la oscuridad, el lado oscuro, los "pasados oscuros", el "cuco", el slenderman, la cabellera negra de Sadako, etc. Como se dijo, este resultado proviene de nuestra asociación ancestral de estímulos negros (e.g. hoyos profundos, estímulos orgánicos negros) a "algo" desconocido visualmente, lo que lo vuelve una potencial fuente de amenazas (Amsteus et al., 2015).  

Nota: La parte 2 de este artículo tiene los siguientes subtítulos: "El problema con el color negro percibido en las personas" y "¿Cambiaremos nuestros prejuicios por el color en las personas?"

Referencias:

Smithson, H., Lee, R. & McLeish, T. (2014). Do we adapt to the recent variance of sensory signals? Journal of Vision. 2014; 14(15), 20-20


Chang, W. & Lin, H. (2010). The Impact of Color Traits on Corporate Branging. African Journal of Business Management, 4(15), 3344-3355


Bottomley, P. A., & Doyle, J. R. (2006). The interactive effects of colors and products on perceptions of brand logo appropriateness. Marketing Theory, 6(1), 63-83.

Amsteus, M., Al-Shaaban, S., Wallin, E. & Sjöqvist, S, (2015). Colors in Marketing: A Study of Color Associations and Context (in) Dependence. International Journal of Business and Social Science. 6 (3), 32-45


Hurlbert, A.C. & Ling, Y. (2007). Biological components of sex differences in color preference. Current Biology, 17, R623-R625.

viernes, 7 de octubre de 2016

La relación entre el uso crónico de Facebook y el "malestar subjetivo" de los usuarios

Todos usamos Facebook (FB) hoy en día. Quien no tenga Facebook, "tiene algún problema" o "vive en la edad de piedra". La gente pasa de 20 a más minutos diarios conectada a FB, lo que equivale a aproximadamente un 20% de todo el tiempo que se pasa en internet (comScore, citado por D'Onfro, 2015). Este porcentaje otorgado a FB es bastante elevado en comparación con otros sitios o aplicaciones web; sí, la gente pasa una parte considerable de su tiempo usando las redes sociales.

Facebook es un medio de entretenimiento y dispersión, eso está claro. Sin embargo, su uso crónico puede volverse en, antes que una fuente de bienestar, una suerte de droguilla que lleva a su usuario sigilosa y lentamente a la decadencia emocional. Es importante saberlo, ya que cada vez dedicamos más tiempo a las redes sociales y esto puede influir en nuestro bienestar mental.  
El  término malestar subjetivo no está en la literatura oficial, pero puede entenderse como un bienestar subjetivo (más conocido como felicidad) en grados bajos. Efectivamente, los usuarios más asiduos de FB tienden a ser más infelices.

Un reciente estudio aprobado por la universidad de Michigan reveló que el uso de FB por adultos jóvenes predice la disminución del bienestar. En cambio, la interacción cara-a-cara (natural) promueve afectos positivos en las personas (Kross, Verduyn, Demiralp, Park, Lee & Lin, 2013)

¿Cómo funciona el mecanismo de malestar al usar una red social más del tiempo debido? 

Filosofemos psicológicamente: Se asume que usar FB por cierto tiempo, digamos los primeros 10 minutos (50% del tiempo usado normalmente), sí genera emociones positivas; pues uno se entera de lo que hacen sus contactos, amigos o familiares a modo de un libro con fotos y además se entretiene con aplicaciones interactivas. Pasado este tiempo de entretenimiento, a esta sensación de confort (dopaminérgica) puede adherirse un leve arousal o activación emocional (excitación o "emoción" que sentimos ante un evento colosal o novedoso), el cual puede también ser positivo para la persona. Ese estado mental placentero puede ocurrir durante algunos minutos más y luego (1) disolverse para entrar más bien a un estado de "hipnosis" y/o (2) intensificarse para así generar sobreexcitación. Tanto lo primero como lo segundo desembocan en malestar subjetivo, primero a corto y luego a largo plazo.   

Así como el ver televisión crónicamente aumenta la ansiedad y disminuye el bienestar subjetivo (Frey, Benesch & Stutzer, 2007), usar la computadora constantemente puede llevar a los mismos resultados. Tras cierto tiempo, digamos unos 25 minutos después de que se entró a FB, la "emoción" y dopaje positivos pueden (1) dar  paso a un estado similar al de una hipnosis, característico en una persona que se "queda colgada" en la computadora. Dicho estado está relacionado al sistema de recompensas del cerebro (reward system), el cual muchas veces nos juega malas pasadas y nos hace seguir haciendo lo mismo y lo mismo "por inercia" esperando una recompensa virtual, tal como ocurre con ciertas compulsiones (véase ludopatía o adicciones). Dichas recompensas o rewards ilusorios pueden llevarnos poco a poco a disminuir nuestro estado de ánimo. En otros casos, (2) la persona no llega necesariamente a experimentar ese estado de "colgamiento" sino más bien, una intensificación disfuncional de las emociones, la cual desemboca en inquietud, malhumor, "nervios" o cuadros depresivos (Kross et al., 2013)

Extraída de http://www.salon.com/2013/03/04/does_reading_the_comments_affect_your_judgment/

¿Por qué se generaría el malestar subjetivo por usar la red social?  

Una explicación al malestar referido es el hecho de que la gente, al estar sentada en la oficina o recostada en un sillón o cama, se vuelve sedentaria y así genera cada vez una menor cantidad de endorfinas (Craft & Perna, 2004). A esto, se adhiere el hecho de percibir la vida "feliz" y "deseable" que la gente tanto publica en FB. Algunos se identifican con los momentos dinámicos o divertidos de estas personas virtualmente felices y adoptan las emociones que éstas demuestran en su página personal; comparten el momento con la persona.


Sin embargo, se asume que la gente tiende a percibir la mayoría de eventos como ajenos a sí y los compara con su propio estado, el cual en aquel momento, es de una predominante pasividad (e.g. una persona solitaria sentada frente a una máquina). Así surge un deseo de experimentar y compartir en la vida real esos momentos "felices" que se ven en las fotos o comentarios de los contactos; pero la realidad es totalmente estática y virtual y las circunstancias no permiten cambiarla instantáneamente, lo cual va a generar más bien frustración en la persona. Dicha frustración de "apreciar, querer y no poder", al ocurrir constante y diariamente, producirá irritabilidad, ansiedad, depresión, u otros síntomas de naturaleza patológica. Así se van acumulando estas experiencias emocionales diariamente, las cuales irán cristalizando y robusteciendo el malestar subjetivo de una persona.       

Nota: Esto no es un boycot a Facebook. Cabe mencionar otras compañías como Twitter e Instagram.


Referencias:

Kross E., Verduyn P., Demiralp E., Park J., Lee D., Lin, N. (2013). Facebook Use Predicts Declines in Subjective Well-Being in Young Adults. PLoS ONE 8(8): e69841. Enlace: http://journals.plos.org/plosone/article?id=10.1371/journal.pone.0069841

Craftm L. & Perna, F. (2004). The Benefits of Exercise for the Clinically Depressed. Journal of Clinical Psychiatry. 6(3): 104–111


Frey B., Benesch C. & Stutzer A. (2007) Does watching TV make us happy? Journal of Economic Psychology. 28 283–313

D'Onfro (2015). Here's how much time people spend on Facebook per day. Business Insider. Enlace: http://www.businessinsider.com/how-much-time-people-spend-on-facebook-per-day-2015-7