miércoles, 20 de septiembre de 2017

La paranoica seguridad ciudadana: Introducción (parte II)

ARTÍCULO DE REFLEXIÓN

"Este lugar es peligroso..., no hagas contacto visual, la gente aquí está loca"
Phil, el sátiro (De la película "Hércules" de Disney), advirtiéndole a Hércules de las dificultades para transitar que tiene la inmensa ciudad de Tebas.

Uno de los puntos a favor de nuestra evolución humana por estos últimos 10,000 años ha sido la constitución de las poliscentros urbanosasentamientos o ciudades. El motivo de estos asentamientos humanos era escapar de la depredación de otras especies, estar más seguros físicamente. Sin embargo, pese a las ventajas, muchas ciudades históricas como Jericó, Damasco, Babilonia, Tebas, y las actuales Atenas y Roma, colapsaron por causa de su propio sistema y “los hombres se alzaron contra los hombres”. Entonces, nos hemos dado cuenta de que, más peligroso que un león o un oso, puede ser otro ser humano. 
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¿Qué tiene que ver el colapso de ciudades antiguas con "Lima, la gris, grande y gruñona"?

En su tiempo, las ciudades antiguas mencionadas estaban, por decirlo de una forma, "a la vanguardia de la civilización", pero aún carecían de leyes de convivencia aceptables para los humanos de hoy; y si había leyes, éstas actualmente ya son vistas como bárbaras o arcaicas (por ejemplo, el libertinaje hedonista, la tiranía, el sistema de esclavitud o el privilegio por linaje). Estas ciudades desaparecieron por causa de una mala administración o también de fenómenos sociales de alta envergadura como guerras o rebeliones, las cuales a su vez fueron causa de una falta de aplicación y cumplimiento eficientes de leyes de convivencia. Lima, aunque sea grande, movida y moderna -en comparación con otras ciudades del autodenominado "primer mundo"-, está en pañales en cuanto a regulaciones y normas civiles adaptativas (leyes de convivencia). Si bien no existe ya la esclavitud/servidumbre y el privilegio por linaje se va esfumando, emergen nuevos síndromes que siguen obstaculizando nuestro paso hacia los siguientes peldaños del desarrollo social. Si bien el "desarrollo social" es un término ambiguo aún en debate, hay ciertos pilares básicos que lo definen, como, por ejemplo, el principio de preservación de la especie. "Pero ¿quién quiere escuchar sobre preservación de la especie?, yo quiero seguir mi vida". Lamentablemente, sin el principio de preservación de la especie, la humanidad se degeneraría y nos extinguiríamos así como ocurrió con los neandertales y magestuosas ciudades del mundo antiguo. 
Phil el fauno lleva a Hércules a conocer Tebas, una megaciudad. Mientras caminan por la calle ocurren algunos eventos novedosos para el joven héroe. Mientras andan, Phil le dice "Este lugar es peligroso..., no hagas contacto visual, la gente aquí está loca". El autor personalmente asocia esta escena con la vida en las calles de Lima. Link: Video de Hércules al llegar a Tebas, ciudad de locos.
En el artículo anterior se habló de factores internos o individuales, que dependen exclusivamente del perfil psicológico de cada habitante de la ciudad respecto a la paranoia ciudadana. Este artículo presenta los factores externos a la persona o contextuales; el autor ha categorizado dos variables en este ámbito: factores externos no controlables y factores externos controlables.   
Perfilación cualitativa de variables según lógica de Ishikawa. Cuáles son los núcleos en los que se debe intervenir para evitar un paranoica inseguridad ciudadana.
Factores externos no controlables (fuera de nuestro control)

Se asocian al estado real de seguridad civil en una ciudad. Es decir, se calcula no con base en la percepción que tiene la gente sobre cuán peligrosa es su ciudad sino en indicadores empíricos; por ejemplo, cuántos asesinatos o robos armados son reportados a la policía mensualmente. Si la gente tuviera que informarse acerca del estado de seguridad real de su ciudad, lo más recomendable es hacerlo vía fuentes confiables, como informes del gobierno o archivos oficiales de la Policía Nacional; pero el acceso a esta información es mucho más difícil. Entonces, la única opción que nos queda son los medios masivos de comunicación. Si bien los periódicos y la televisión son, de alguna forma, un indicador de lo que ocurre en el mundo, estos están sesgados por la codicia de rating televisivo, la cual impulsa al sensacionalismo televisivo, y por tanto -por poner un número-, 7 de cada 10 noticias hablarán de robo o asesinato. ¿Por qué hay más noticias malas que buenas? No es que ocurran más cosas malas que buenas en el mundo, en lo absoluto. Una hipótesis es que los canales de televisión para ganar audiencia harán lo posible por llamar su atención. Entonces, si quieres forzar a la gente a prestarte atención, debes apelar a "emociones fuertes" tanto como el miedo o el deseo ansioso (que emerge en nosotros al ver un delicioso y jugoso platillo o una chica sudorosa en bikini en la televisión). Incluso, con el uso del miedo, a diferencia del deseo ansioso, para los canales "no hay pierde", ya que el receptor del mensaje no tiene otra opción que acatar a lo que se le dice, de lo contrario, corre el riesgo de perecer. Por ejemplo, si una persona escucha en la radio que hay diez locos calatos con martillos rondando en su vecindario, estará cual "gato encerrado", sin opción más que quedarse en casa, ya que no quiere tomar riesgos y, especialmente, su vida está de por medio. En cambio, si escucha que hay diez chicas calatas rondando el mismo barrio, este tiene la libertad de salir o no a verlas, ya que su vida no corre peligro. 
Es más confiable una gráfica estadística (más cercana a la realidad) que tres horas noticiero fatalista.
Volviendo al miedo generado por las malas noticias de la calle, Si 7 de 10 noticias son malas, la gente corre el riesgo de pensar que, por graficarlo de alguna forma, el 70% de las cosas que pasan en la calle son peligrosas; o que de 10 personas que nos cruzamos, 7 son malas. Sin embargo, ya se dijo, esta percepción es subjetiva y puede estar muy sesgada. Busquemos fuentes confiables, por ende, realistas.

Factores externos controlables


Falta de interés por el bien común

Por otro lado están las soluciones desde las autoridades, que vendrían a ser las más eficientes de ser aplicadas adecuadamente. Pero esto probablemente sea más difícil de cambiar como civiles, debida a la ya conocida gestión política peruana de hoy: llena de más y más burocracia, chisme, peleas personales y menos interés en el bien del prójimo (soluciones masivas). La policía y las fuerzas armadas, hasta el día de hoy, no han dado con la clave para detectar con óptima precisión a los delincuentes (lo que llaman servicio de inteligencia); si capturan a un delincuente, probablemente capturaron previamente a cinco personas inocentes. Y muchas veces no llegan a encontrar al delincuente tras haber ya causado estragos en la sociedad. Se dice popularmente que en países como Perú, 8 sospechosos de 10 son "culpables" y los meten a la cárcel; mientras que, en EEUU, 10 sospechosos de 10 son "inocentes" hasta demostrar que uno de ellos es el criminal. 

Si bien hay un documento de leyes de tránsito que nadie cumple (sólo se usa para pasar el exámen), no hay un documento de leyes de tránsito peatonal. Aunque suene tonto, la gente debe aprender a caminar en la calle. Así como con el tráfico que genera demoras y perjuicios, ocurre lo mismo con el tráfico peatonal. El gobierno debe separar un tiempo para elaborar leyes de convivencia. Por ejemplo, en algunos distritos, las ciclovías y vías para trotar tienen una señalización: "Avance por su derecha y vuelva por su izquierda". Aparentemente, la gente adulta no necesita de señalizaciones para caminar; sin embargo, en la calle nos damos cuenta que en una misma vereda, sobre todo en hora pico, se vuelve un caos y la gente camina por donde pueda y como pueda. Esto implica rozar y golpear a otro transeúnte, exponiéndose a robos, insultos u otro tipo de maltrato. Si existiera un consenso en cómo caminar, la gente se envitaría perjuicios y ganaría beneficios como ahorro de tiempo y tranquilidad emocional. 

Desorganización

El sistema policial peruano está en pañales. El servicio de inteligencia, de acuerdo a las noticias de televisión y radio, ha mejorado bastante. Hay más tecnología (cámaras de vigilancia, por ejemplo) y medios para poder ejercer la ley del orden. Sin embargo, el autor piensa que este no es un indicador completamente fiable acerca de la organización interna de los organismos policiales. Las autoridades oficiales de seguridad (policía), por sus antecedentes conductuales, aún no poseen la suficiente legitimidad y aceptación por parte de la población para poder ejercer un orden que vele por la preservación equitativa de la integridad humana (vida y bienestar). En un lugar donde uno no puede confiar en la máxima autoridad de protección humana, entonces ¿en quién confías? Aún no nos creemos el célebre dicho "a la policía se la respeta". Lo que hemos hecho los peruanos es contratar vigilantes (huachimanes) en un inicio, luego promover la difusión de serenazgo (que dicen que hace un mejor trabajo que la policía) y ahora último están con la tendencia de personal de seguridad especializado y guardaespaldas. Entonces, mientras las autoridades encargadas del orden interno estén no estén organizadas, darán una mala impresión a la gente y, por ende, la gente preferirá acudir a otro tipo de medios no oficiales.     


(No hay referencias disponibles hasta el momento)

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