martes, 23 de mayo de 2017

¿Pedagogos vs. investigadores? (Parte 1)

ARTÍCULO DE DISCUSIÓN

"Te ves voluntariamente obligado a estar en la clase antes de que el profesor llegue, y tienes que haber encontrado algo nuevo (algo que incluso el profesor no sepa) respecto al tema", me contaba hace poco un amigo de la infancia, acerca de sus clases de maestría en neurociencias en Concordia University, Montreal. Actualmente da clases de neuroanatomía en Ross University, Dominica. 

El haberse graduado en alguna profesión no garantiza que se pueda opinar certeramente sobre cualquier tema correspondiente a dicha profesión y dar cátedra deliberadamente. Una opinión basada en la intuición teórica o meras hipótesis presenta el riesgo (bajo o alto, dependiendo del caso) de no tener validez. Por ejemplo, un psicólogo no siempre va a tener la respuesta certera a un problema sobre comportamiento psicopático en la comunidad de un determinado barrio si no ha investigado el contexto previamente (en lo posible, haber ido y visitado dicho barrio y analizado acuciosamente las diversas variables implicadas). 
Imagen extraída de internet con tema "Yo lo sé todo". Los ojos cerrados de los personajes y la boca abierta del instructor reflejan mucho esta realidad. 

En el mundo académico tradicional, el docente es la autoridad máxima; y muchas veces es quien tiene la última palabra. Sin embargo, es osado pero preciso decir que esta última palabra puede estar errada. Los pedagogos tienen una tarea de gran envergadura, se encargan de difundir información vigente a la mayor cantidad de gente posible. Lamentablemente, muchos de los conocimientos impartidos pueden llegar a ser mitos transmitidos por generaciones académicas pasadas; los mitos son supuestas verdades que nunca han sido puestas a prueba empírica. Es cierto que para impartir conocimiento se debe tener un don, un arte especial (paciencia, harto corazón, entre otras virtudes). Esto es digno de reconocer, pero un "buen corazón" y "vocación" no es suficiente para dar educación de calidad. Incluso, muchos educadores no están al tanto de su falta de ciencia en muchas ideas que imparten. Asimismo, es importante destacar que muchas teorías impartidas están predominantemente descontextualizadas, es decir, no son funcionales o útiles en el sitio donde se enseñan. 
Por tanto, ¿qué hacer ante información que puede estar errada o sesgada en muchos aspectos? La respuesta está en la investigación. De acuerdo al método científico, no basta con observar e hipotetizar (quedarse en lo abstracto y/o teórico) para difundir información (aunque la hipotetización podría ser un buen ejercicio previo a la práctica científica); se debe explorar, probar, testear lo teórico en el mundo real y confirmar/reconfirmar si la teoría en cuestión funciona realmente. Así, emerge un nuevo conocimiento, el cual es más adecuado para determinado contexto y para la persona inmersa en este. Así, la investigación da paso no sólo a la reproducción sino a la producción de información. 

Contrastes entre un pedagogo y un investigador

Un pedagogo reproduce la información ya obtenida. Un investigador la produce. La personalidad del pedagogo, a grandes rasgos, es de "hablar más" más que observar; mientras que la del investigador es la de "observar y palpar más" antes que hablar.  Un educador de calidad debe ser aquel que no sólo sea capaz de difundir la información sino también de producirla y permitir a sus alumnos hacer lo mismo; incluso darles protagonismo o empoderarlos (siempre bajo un esquema con leyes científicas). Proveer conocimiento es bueno cuando se trata de herramientas que sirven para producir más conocimiento; el problema está cuando se "llena" la cabeza de las personas con "formas de pensar", ideologías, que les hacen operar en el mundo de acuerdo a un parámetro estrictamente preestablecido, muchas veces sesgado, poco objetivo. Existen leyes practicamente infalsables como las de Newton (se pueden confirmar empíricamente con el simple hecho de soltar una manzana en el aire); ningún educador de física, por ejemplo, dirá a un alumno que, si lanza una canica al aire, ésta ira hacia arriba y se perderá en el cielo, sin formar una parábola geométrica generada por la gravedad. Pero existen fenómenos mucho más complejos, especialmente los de las "ciencias inexactas", que requieren de mucho mayor investigación para acercarse a la verdad de las cosas. Por otro lado, muy aparte, es de suma importancia mencionar que no toda nuestra cabeza debe estar llena de ciencia; el arte tiene un rol indispensable en la humanidad, pero debe quedar claro que éste no nos aproxima al mundo real de forma funcional necesariamente. Es bueno soñar pero siempre es necesario tener los pies en la tierra.      
Imagen de un libro aproximándose al mundo real (por Comfreak)
Entonces, teniendo la imagen del pedagogo por un lado y el investigador por el otro, se podría interpretar una divergencia entre ambos. Sin embargo, debería ocurrir todo lo contrario: deberían complementarse y trabajar juntos. Lo ideal es que todo pedagogo sea investigador y que todo investigador intente ser el mejor pedagogo (aunque cueste). Respecto a lo último, mucha gente (investigadora) inventa y descubre cosas pero las guarda para sí o intenta sacar un provecho monetario, a lo cual tienen todo el derecho. Sin embargo, no hay causa más noble que un investigador que imparta sus hallazgos de forma libre para el desarrollo de la sociedad; un buen ejemplo es el de Nikola Tesla. Usualmente, ciertos investigadores e inventores son reconocidos por su mezquindad en cuanto a compartir sus hallazgos. 
Retrato de Nikola Tesla, el precursor de la energía gratuita y renovable. 

(Parte 2: 
¿Qué hacer ante la falta de investigadores en el Perú? En Perú hay muchos pedagogos mas no investigadores (estamos en el puesto 117/144 en investigación según...)

viernes, 5 de mayo de 2017

De vuelta al cole: "Terrorismo" no significa "Comunismo"

ARTÍCULO DE INFORMACIÓN

Más vale comunista marchando que terruco matando. No simpatizo en absoluto con el primero y me recontracago en el segundo (no tiene motivo de existencia y yo no tengo motivos para retractarme).  


Un comunista puede ser un activista norcoreano o cubano desempleado marchando con su megáfono en las calles de Pionyang o La Habana respectivamente. Un terrorista puede ser un miembro del ISIS ejecutando un atentado en algún país ajeno o un psicópata realizando un tiroteo en su escuela sin motivo aparente. 

Tal como menciona la Real Academia Española, un comunista no es lo mismo que un terrorista. La palabra "comunismo" no aparece en la RAE por distintos motivos (muchas personas autodenominadas comunistas se han quejado al respecto); sin embargo, se puede encontrar la definición de comunismo en Google: Doctrina económica, política y social que defiende una organización social en la que no existe la propiedad privada ni la diferencia de clases, y en la que los medios de producción estarían en manos del Estado, que distribuiría los bienes de manera equitativa y según las necesidades. 



Según el dicho popular, uno de los lados negativos del comunismo es que promueve la falta de actividad laboral o productividad en una sociedad, lo cual, por ende, trunca su desarrollo. Uno de los lados buenos es que evita el exceso que ejercerían los que más tienen contra los que menos tienen. Por otro lado, según el dicho popular, uno de los lados negativos del terrorismo es que simplemente extermina seres humanos. Uno de los lados positivos es que por medio de este puede llegarse a una sociedad ideal, donde no existan las diferencias (Muchos emperadores y conquistadores, a lo largo de la historia, mencionaron que la única forma de llegar a la paz es mediante la guerra). Al final, hay muchísimos más matices que requieren ser considerados para poder hacer juicios certeros acerca de un término u otro. Es sugerente dejar esto para los sociólogos y politólogos (con mucho respeto).
Militares nazis matando a un civil judío.
En el caso peruano actual, el Movimiento por Amnistía y Derechos Fundamentales (MOVADEF) realizó una marcha hace unos días, desatando el pánico entre la población, especialmente en la gente menos informada y la de ideologías de derecha extrema. Una de las mayores razones por las que este movimiento es criticado es la de querer perdonar y sacar de la cárcel a un terrorista de alto vuelo (Así de simple, o ¿hay algo errado en esta premisa?). Desde ahí podemos sacar diversas inferencias. Ahora, el caso del terrorismo en el Perú, si queremos simplificarlo, es el de comunistas que optaron por el terrorismo como su medio de acción sociopolítica; así como ocurre con musulmanes que son terroristas, cristianos que fueron terroristas (templarios), etnofundamentalistas que fueron terroristas (nazis), entre muchos otros grupos. Entonces, es importante, en lo posible, volver al diccionario del colegio (o a la misma RAE) e informarnos bien de las palabras antes de soltarlas deliberadamente.        
Entonces, mi pregunta de reflexión es, ¿se puede llamar siempre terrorista a un comunista, o comunista a un terrorista?

Referencias:

Real Academia Española
Diccionario Google 

lunes, 1 de mayo de 2017

Tabaco, expectativa de vida y orientales (parte 2)

ARTÍCULO DE INFORMACIÓN

¿Por qué los japoneses o los koreanos del norte fuman tanto y aún así viven tanto?

Puede haber una infinidad de factores que influyen en la cantidad de años que una persona vive. Y de hecho es interesante identificar cuáles son estos para poder regularlos en nuestra vida cotidiana. Entonces, se propone investigar qué hábitos tienen las sociedades más longevas del mundo a lo largo de la historia. Por ejemplo, la dieta miediterranea se ha ganado un puesto especial como elixir de la larga vida. Lo puede confirmar el caso de mujeres italianas como Emma Morano, quien falleció hace poco a sus 117 años. 

Pero en el caso de ciertas sociedades asiáticas, ¿qué hace que se mantengan más longevas pese a consumir grandes cantidades de tabaco? Deben existir hábitos alternos que contrarrestan los efectos de hábitos no saludables o que incluso los neutralizan. Se ha considerado 4 variables hipotéticas que influyen en la expectativa de vida: genes, alimentación (tratados en esta parte 2 de este artículo), estilo de vida y ecosistema (tratados en la próxima parte 3). Estas serían la contraparte de la variable consumo de tabaco.

1. Genes

La composición genética tiene un impacto importante en la expectativa de vida, mediado por enfermedades cardiovasculares (Vijg & Suh, 2005), las cuales han sido la principal causa de muerte en el mundo hasta el 2004 (World Health Organization, 2004). Si bien éste es un campo poco explorado, existen varios estudios que revelan indicios de factores genéticos, o genes específicos como el APOE (Apolipoproteina E), que determinan una vida más larga en ciertos grupos genotípicos; un ejemplo, es el del Estudio Centenario Okinawense (Willcox, Willcox, Wen-Chi Hsueh & Suzuki, 2006), el que reporta que mientras en muchos países industrializados, las personas que llegan a los 100 años son de 10 a 20 por cada 100,000 personas, en Okinawa la cantidad de personas centenarias es de 40 a 50 por cada 100,000; esto, debido a ciertos de sus genes.

2. Alimentación
  • Comida balanceada. Si bien la dieta asiática tradicional no está entre las cinco "mejores dietas" según el US News (ocupa el puesto 13), esta es famosa por una rica combinación de vegetales, cereales, carnes y especias. Mientras que las carnes de pollo o res se sirven en cantidades mínimas, los vegetales, frutas y cereales abundan. En Japón, es tradicional el arroz sin condimento, el huevo y el pescado. El bioquímico Colin Campbell provee información interesante al respecto en su libro The China Study, sobre la comida en China y Japón, y su relación con la salud y longevidad.  


El balance que presenta la dieta asiática coincide con el de la dieta mediterránea en el alto consumo de cereales o derivados (ya sea en arroz primario, maíz, pan o pasta hecha de trigo), los cuales conforman la comida más importante (Koehler y Wieser, 2013) y, por ende, la que debe abundar en nuestras mesas para una óptima nutrición y prolongación de la vida. Las verduras y frutas también son esenciales y deben comerse diariamente, como puede observarse en la pirámide de la dieta asiática, presentada en Oldways.      

  • Calidad del agua. El agua De acuerdo a diversas fuentes no oficiales (The Richest, Fundación Aquae, etc.) y oficiales (United Nations Environment Programme, World Health Organization, Centers for Desease Control and Prevention), los países europeos del norte lideran la lista en cuanto a calidad de agua; mientras que Singapur y Japón son unos de los pocos países asiáticos que aparecen en la lista. La alta expectativa de vida es coherente con la buena calidad de agua en estos dos países, pero no ocurriría los mismo en otros países de Asia. La Organización Mundial de la Salud y las Naciones unidas proveen una lista de criterios para que el agua sea consumible y saludable, pero no hay una fórmula química ideal de minerales que garanticen la extensión de la vida, como afirman místicamente algunos comuneros moradores de ancestrales pueblos asiáticos (ver el caso de La Aldea de la Longevidad: el condado de Bama, provincia de Guangxi, China). Se sugiere al lector investigar más respecto a los componentes del agua potable de alta calidad.    
Pobladora del condado de Bama llevando agua para su casa. Nótese la aparente vitalidad.

  • Hierbas de infusión: Té verde, té rojo, té blanco, té Oolong, hojas de Ginkgo Biloba. De acuerdo a The Guardian, la gente en Tokio, en promedio, toma alrededor de 6 tazas de té diarias y son la compañía de sus comidas; tal como lo confirma la pirámide de la dieta asiática presentada por Oldways. Uno puede detenerse a ver las propiedades de cada té oriental, y estas varían entre antioxidantes, anticoronarias, anticancerígenas, antitoxicas ("antiresaca"), metabólicas, entre muchas más. Muchas de esas propiedades han quedado en mito, pero otras han pasado por laboratorios dando paso a resultados relevantes (e.g. Sharangui, 2009; Sharma, Bhattacharya, Kumar & Sharma, 2007). Al parecer, si la calidad de agua no es la mejor en muchos lugares de Asia, el té es una bebida suplementaria que, se presume, puede superar los beneficios del agua mineral sola de altísima calidad.      

Por un lado, la genética no es modificable; existen estudios que buscan explicar en qué porcentaje influiría la herencia genética en la expectativa de vida de una persona. Por ejemplo, Christensen, Johnson y Vaupel (2009) reportaron que los genes determinarían alrededor de un 25% la cantidad de años que una persona puede vivir. Esta cifra podría ir variando entre estudio y estudios posteriores. En caso de que este dato sea generalizable, tenemos un 75% de oportunidades para prolongar nuestra vida por medio de la alimentación, estilo de vida y cuidado del ecosistema. 

Entonces, podemos tomar la guía de la dieta asiática para modificar nuestros hábitos alimenticios; además, podemos empezar a tomar té, el cual, al parecer tiene propiedades casi milagrosas, las cuales aún no han sido confirmadas por la ciencia en su totalidad. 

La parte 3 de "Tabaco, expectativa de vida y orientales" tratará las variables de Estilo de vida y Ecosistema.       

Referencias (sin modo APA): 


  • http://www.7starsma.com/images/TEA-Article-13.pdf
  • http://ftp.iza.org/dp4564.pdf
  • https://www.theguardian.com/lifeandstyle/2013/jun/19/tokyo-traditional-diet
  • https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3259160/
  • http://www.everydayhealth.com/news/one-hundred-years-healthy-habits-secrets-chinese-centenarians/
  • https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC2726954/
  • http://www.springer.com/la/book/9781461454243