ARTÍCULO DE DISCUSIÓN
"Te ves voluntariamente obligado a estar en la clase antes de que el profesor llegue, y tienes que haber encontrado algo nuevo (algo que incluso el profesor no sepa) respecto al tema", me contaba hace poco un amigo de la infancia, acerca de sus clases de maestría en neurociencias en Concordia University, Montreal. Actualmente da clases de neuroanatomía en Ross University, Dominica.
El haberse graduado en alguna profesión no garantiza que se pueda opinar certeramente sobre cualquier tema correspondiente a dicha profesión y dar cátedra deliberadamente. Una opinión basada en la intuición teórica o meras hipótesis presenta el riesgo (bajo o alto, dependiendo del caso) de no tener validez. Por ejemplo, un psicólogo no siempre va a tener la respuesta certera a un problema sobre comportamiento psicopático en la comunidad de un determinado barrio si no ha investigado el contexto previamente (en lo posible, haber ido y visitado dicho barrio y analizado acuciosamente las diversas variables implicadas).
Imagen extraída de internet con tema "Yo lo sé todo". Los ojos cerrados de los personajes y la boca abierta del instructor reflejan mucho esta realidad. |
En el mundo académico tradicional, el docente es la autoridad máxima; y muchas veces es quien tiene la última palabra. Sin embargo, es osado pero preciso decir que esta última palabra puede estar errada. Los pedagogos tienen una tarea de gran envergadura, se encargan de difundir información vigente a la mayor cantidad de gente posible. Lamentablemente, muchos de los conocimientos impartidos pueden llegar a ser mitos transmitidos por generaciones académicas pasadas; los mitos son supuestas verdades que nunca han sido puestas a prueba empírica. Es cierto que para impartir conocimiento se debe tener un don, un arte especial (paciencia, harto corazón, entre otras virtudes). Esto es digno de reconocer, pero un "buen corazón" y "vocación" no es suficiente para dar educación de calidad. Incluso, muchos educadores no están al tanto de su falta de ciencia en muchas ideas que imparten. Asimismo, es importante destacar que muchas teorías impartidas están predominantemente descontextualizadas, es decir, no son funcionales o útiles en el sitio donde se enseñan.
Por tanto, ¿qué hacer ante información que puede estar errada o sesgada en muchos aspectos? La respuesta está en la investigación. De acuerdo al método científico, no basta con observar e hipotetizar (quedarse en lo abstracto y/o teórico) para difundir información (aunque la hipotetización podría ser un buen ejercicio previo a la práctica científica); se debe explorar, probar, testear lo teórico en el mundo real y confirmar/reconfirmar si la teoría en cuestión funciona realmente. Así, emerge un nuevo conocimiento, el cual es más adecuado para determinado contexto y para la persona inmersa en este. Así, la investigación da paso no sólo a la reproducción sino a la producción de información.
Por tanto, ¿qué hacer ante información que puede estar errada o sesgada en muchos aspectos? La respuesta está en la investigación. De acuerdo al método científico, no basta con observar e hipotetizar (quedarse en lo abstracto y/o teórico) para difundir información (aunque la hipotetización podría ser un buen ejercicio previo a la práctica científica); se debe explorar, probar, testear lo teórico en el mundo real y confirmar/reconfirmar si la teoría en cuestión funciona realmente. Así, emerge un nuevo conocimiento, el cual es más adecuado para determinado contexto y para la persona inmersa en este. Así, la investigación da paso no sólo a la reproducción sino a la producción de información.
Contrastes entre un pedagogo y un investigador
Un pedagogo reproduce la información ya obtenida. Un investigador la produce. La personalidad del pedagogo, a grandes rasgos, es de "hablar más" más que observar; mientras que la del investigador es la de "observar y palpar más" antes que hablar. Un educador de calidad debe ser aquel que no sólo sea capaz de difundir la información sino también de producirla y permitir a sus alumnos hacer lo mismo; incluso darles protagonismo o empoderarlos (siempre bajo un esquema con leyes científicas). Proveer conocimiento es bueno cuando se trata de herramientas que sirven para producir más conocimiento; el problema está cuando se "llena" la cabeza de las personas con "formas de pensar", ideologías, que les hacen operar en el mundo de acuerdo a un parámetro estrictamente preestablecido, muchas veces sesgado, poco objetivo. Existen leyes practicamente infalsables como las de Newton (se pueden confirmar empíricamente con el simple hecho de soltar una manzana en el aire); ningún educador de física, por ejemplo, dirá a un alumno que, si lanza una canica al aire, ésta ira hacia arriba y se perderá en el cielo, sin formar una parábola geométrica generada por la gravedad. Pero existen fenómenos mucho más complejos, especialmente los de las "ciencias inexactas", que requieren de mucho mayor investigación para acercarse a la verdad de las cosas. Por otro lado, muy aparte, es de suma importancia mencionar que no toda nuestra cabeza debe estar llena de ciencia; el arte tiene un rol indispensable en la humanidad, pero debe quedar claro que éste no nos aproxima al mundo real de forma funcional necesariamente. Es bueno soñar pero siempre es necesario tener los pies en la tierra.
Imagen de un libro aproximándose al mundo real (por Comfreak) |
Entonces, teniendo la imagen del pedagogo por un lado y el investigador por el otro, se podría interpretar una divergencia entre ambos. Sin embargo, debería ocurrir todo lo contrario: deberían complementarse y trabajar juntos. Lo ideal es que todo pedagogo sea investigador y que todo investigador intente ser el mejor pedagogo (aunque cueste). Respecto a lo último, mucha gente (investigadora) inventa y descubre cosas pero las guarda para sí o intenta sacar un provecho monetario, a lo cual tienen todo el derecho. Sin embargo, no hay causa más noble que un investigador que imparta sus hallazgos de forma libre para el desarrollo de la sociedad; un buen ejemplo es el de Nikola Tesla. Usualmente, ciertos investigadores e inventores son reconocidos por su mezquindad en cuanto a compartir sus hallazgos.
Retrato de Nikola Tesla, el precursor de la energía gratuita y renovable. |
(Parte 2: ¿Qué hacer ante la falta de investigadores en el Perú? En Perú hay muchos pedagogos mas no investigadores (estamos en el puesto 117/144 en investigación según...)