jueves, 27 de octubre de 2016

Horror al negro: En todo el sentido que puedas imaginarte (Parte 2)

El problema con el color negro percibido en las personas

Los infantes clasifican los estímulos principalmente por tamaños, colores y formas (Brunick & Cutting, 2014)Estos estímulos también incluyen personas. Así como el tamaño de una persona es muy notorio para un niño, el color impacta de una manera similar. Gracias a réplicas del experimento de Clark y Clark (1947), se infiere que los infantes que nacen y se crían en contextos étnicos mixtos (mestizos o multiculturales) tienden a preferir los colores claruzcos como el amarillo, en las personas (Brunick & Cutting, 2014). Se presume que en contextos étnicos puramente africanos, se puede presumir que los niños seguirían atribuyendo características positivas a la muñeca "blanca" y negativas a la muñeca "negra", por que aún poseen un instinto innato que fue funcional hace millones de años. Un niño que se siente atraído por colores oscuros o figuras oscuras puede ir hacia lugares carentes de luz y entrar en peligro (e.g. caer a un hoyo, ser atacado por algún animal salvaje) y es por ello que la naturaleza los dotó con el famoso "miedo a la oscuridad". Sin embargo, es necesario definir si esta preferencia de los niños se debe realmente a este instinto ancestral o a la influencia temprana de las culturas racistas en ellos.

(Experimento de Clark y Clark: Réplica con niños de República Dominicana, donde 73% de la población es mestiza-mulata, no blanca)

Por otro lado, los niños, al interactuar con una persona lo hacen directamente mediante el contacto visual y corporal, lo que implica ver y tocar la piel de la otra persona. Tengo el conocimiento del caso de un niño latinoamericano de piel trigueña (tono promedio de piel en Sudamérica), quien después de tocar a otro niño de piel bastante más oscura, tenía la idea de que se podía "manchar de negro". Se reitera que éste tipo de casos requieren un mayor estudio para ver si se dan por influencia de la cultura o por una tendencia innata a sentir cierto recelo por superficies orgánicas oscuras, como la de un animal o una persona de tono más oscuro que el propio. Esto puede ser desfavorable para las personas que poseen tonos de piel (incluso de ojos y cabello) más oscuros que otras.

Extraído de Shutterstock (http://www.shutterstock.com/es/video/clip-4710911-stock-footage-camera-tilt-up-of-a-black-soccer-player-holding-a-ball-and-looking-into-the-camera.html?src=rel/11831129:3/3p)   

Sin embargo, cabe decir que la cultura influye mucho y etiqueta los casos de forma extrema y sensacional. Es decir, nos hemos acostumbrado a llamar "amarillos" a los asiáticos (cuando nunca se ha visto un oriental realmente amarillo, excepto por Pikachu o alguien con hepatitis), "cholos" a los mestizos de piel oscura (cuando puede haber "cholos" blanquiñosos), "blancos" a los caucasodescendientes (cuando el tono de piel de Santa Claus y el tío Sam es más rosado que blanco), "negros" a los afrodescendientes (cuando el tono de piel es más bien tostado o cobrizo en algunos casos, pero no realmente negro como el fondo de la única imagen presentada antes de este párrafo; nótese la diferencia de colores). Dejando de lado el tabú, hasta el día de hoy existe basta evidencia de los prejuicios latentes (no necesariamente explícitos) que tienen las personas respecto a personas con tonos de piel más oscuros (Eberhardt, Atiba Goff, Purdie & Davies, 2004). Hablando cruda y chabacanamente, hay gente a la que se le acelera el corazón al ver a un "negro" acercándose a ella en un pasaje oscuro de la calle a las once de la noche. Asimismo, hay gente que hace bromas acerca de la sexualidad y los genitales de los "negros"; se cuentan rumores de que son buenos amantes, bailarines y corredores de maratón, pero también tienen "una verdadera" que te puede "hacer feliz" o te puede "hacer sufrir".  

¿Cambiaremos nuestros prejuicios por el color en las personas? 


Pese a todo el avance psico-social que hemos tenido como especie humana, aún nos es imposible anular los prejuicios, por más que hagamos el esfuerzo; queramos o no, está comprobado que nos es natural ser prejuicioso y clasificador con las personas (Myers, 2013).  No nos auto-culpemos ni auto-tildemos de racistas, ya que nuestra reacción es entendible, tomando en cuenta los argumentos expuestos en los párrafos anteriores. Sin embargo, no confundamos prejuicio, que es el sentimiento, con discriminación, que es el comportamiento. 

Si discriminamos, debemos reconocer que no estamos haciendo lo correcto para nuestra sociedad. Asimismo, como humanos, tenemos un gran y larga tarea psicológica por delante en cuanto a transformar nuestras culturas para reducir al mínimo o nulo estos prejuicios o ideas que, a estas alturas (siglo XXI), son completamente absurdas. Entonces, estaremos en la cúspide de la evolución el día en que sepamos manejar nuestros prejuicios. Para aquel entonces, el humano promedio (nuestro descendiente) inminentemente adoptará un tono de piel, si no es cobrizo, negruzco (teoría del gen del color dominante en la reproducción) y habrá menos problemas de discriminación. 


Rostro del Norteamericano promedio en el año 2050 según la National Geographic

Por el momento, estamos avanzando en cuanto a la disminución de los prejuicios gracias a la investigación científica; es de importancia mencionar que la ciencia está demostrando que hasta la persona más blanca del universo posee genes de una matriarca negra que habitó el noreste del continente Africano hace alrededor de tres millones de años. La tribu a la que ella (nuestra Eva negra) perteneció estaba compuesta por homo erectus quienes fueron capaces de sobrevivir y evolucionar para convertirse pronto en los homo sapiens de hoy; mientras que otros linajes similares de humanoides (como los Neanderthales) no tuvieron la suficiente capacidad para sobrevivir al hostil ambiente. Entonces, quien se auto-clasifique como "negro", tiene muchos puntos a su favor más que a su contra, así como diversas razones de sentirse orgulloso del fenotipo que cree tener.

(Video de Discovery sobre el origen de la humanidad: La verdadera Eva)


Referencias:

Brunick, K. L. & Cutting, J. E. (2014). Coloring the animated world: Exploring human color perception and preference through the animated film. En P. Taberham & T. Nanicelli (eds.) Cognitive media theory,124-138, New York: Routledge.

Eberhardt, J., Atiba Goff, Ph., Purdie, V. & Davies, P. (2004). Seeing Black: Race, Crime, and Visual Processing. Journal of Personality and Social Psychology, 87 (6), 876 – 893

Myers, D. (2013). Social Psychology. Eleventh Edition, McGraw-Hill Education Learning Technology Specialist, 




lunes, 24 de octubre de 2016

Horror al negro: En todo el sentido que puedas imaginarte (parte 1)

El color negro tiene diversas connotaciones. En ciertos contextos como el Marketing, es asociado a la elegancia, el lujo, la calidad, la confiabilidad o el poder (Chang & Lin, 2010; Bottomley & Doyle, 2006). Pero en otros contextos, es asociado con elementos negativos como la muerte (Chang et al., 2010), los cuales generan emociones como tristeza (Bottomley et al., 2006), miedo, enojo o temor al misterio (Chang et al., 2010). El color negro en un auto o un smokin puede ser atractivo, pero una habitación oscura de paredes negras o una silueta oscura dibujada en un fondo de más oscuridad pueden provocarnos aversión. No nos sorprendamos ante esto, ya que la literatura científica sugiere que esto está inserto en nuestra naturaleza.

Extraído de Flickr (https://www.flickr.com/photos/14183905@N04/15074294822/)
El  color negro, en términos físicos, puede definirse como una simple falta de luz. Los niños empiezan a percibir su mundo visualmente mediante los contrastes cromáticos entre una gama de tonalidades que fluctúan entre el color negro (falta de luz) y blanco (Smithson, 2014). Es la percepción del contraste blanco-negro lo que marcará la diferencia en la supervivencia y desarrollo del niño. Este aprende que los espacios de tonos demasiado oscuros, es decir, donde hay escasa luz, no podrá identificar estímulos; por tanto debe alejarse de ellos. Así se tiene una primera mala experiencia con el color negro, por causa de una ingenua pero muy instintiva asociación a la falta de luz.   

¿Por qué es importante el color para nosotros?

La distinción de colores ha sido fundamental en la evolución humana (Amsteus, Al-Shaaban, Wallin & Sjöqvist, 2015; Hurlbert & Ling, 2007). El universo es oscuro, negro en su mayoría y es la luz la que nos permite percibir las cosas, los colores. De habernos desarrollado sin luz, seríamos seres ciegos, veríamos "todo negro" y probablemente habríamos perecido o no seríamos los homosapiens que somos actualmente. Siendo seres visuales, los colores nos han ayudado a identificar recompensas de amenazas, vida de muerte. Asimismo, los colores están estrechamente vinculados a la producción de ciertas emociones (Valdez & Mehrabian, 1994); estos son usados por el ser humano para expresar emociones o mensajes complejos (Steinvall, 2007), así como también para identificar ciertos estímulos y clasificarlos con fines adaptativos y de supervivencia (Eliot, 2015).

Extraído de WallDevil (https://www.walldevil.com/879830-smoking-demon-wallpaper.html)
A lo largo de la historia se ha asociado el color negro principalmente a aspectos negativos (Sherman & Clore, 2009) como por ejemplo, la oscuridad absoluta de un lugar, el vacío de un abismo, la contaminación oscura de lo blanco y puro, las culturas emo o dark, el reino de la oscuridad, el lado oscuro, los "pasados oscuros", el "cuco", el slenderman, la cabellera negra de Sadako, etc. Como se dijo, este resultado proviene de nuestra asociación ancestral de estímulos negros (e.g. hoyos profundos, estímulos orgánicos negros) a "algo" desconocido visualmente, lo que lo vuelve una potencial fuente de amenazas (Amsteus et al., 2015).  

Nota: La parte 2 de este artículo tiene los siguientes subtítulos: "El problema con el color negro percibido en las personas" y "¿Cambiaremos nuestros prejuicios por el color en las personas?"

Referencias:

Smithson, H., Lee, R. & McLeish, T. (2014). Do we adapt to the recent variance of sensory signals? Journal of Vision. 2014; 14(15), 20-20


Chang, W. & Lin, H. (2010). The Impact of Color Traits on Corporate Branging. African Journal of Business Management, 4(15), 3344-3355


Bottomley, P. A., & Doyle, J. R. (2006). The interactive effects of colors and products on perceptions of brand logo appropriateness. Marketing Theory, 6(1), 63-83.

Amsteus, M., Al-Shaaban, S., Wallin, E. & Sjöqvist, S, (2015). Colors in Marketing: A Study of Color Associations and Context (in) Dependence. International Journal of Business and Social Science. 6 (3), 32-45


Hurlbert, A.C. & Ling, Y. (2007). Biological components of sex differences in color preference. Current Biology, 17, R623-R625.

viernes, 7 de octubre de 2016

La relación entre el uso crónico de Facebook y el "malestar subjetivo" de los usuarios

Todos usamos Facebook (FB) hoy en día. Quien no tenga Facebook, "tiene algún problema" o "vive en la edad de piedra". La gente pasa de 20 a más minutos diarios conectada a FB, lo que equivale a aproximadamente un 20% de todo el tiempo que se pasa en internet (comScore, citado por D'Onfro, 2015). Este porcentaje otorgado a FB es bastante elevado en comparación con otros sitios o aplicaciones web; sí, la gente pasa una parte considerable de su tiempo usando las redes sociales.

Facebook es un medio de entretenimiento y dispersión, eso está claro. Sin embargo, su uso crónico puede volverse en, antes que una fuente de bienestar, una suerte de droguilla que lleva a su usuario sigilosa y lentamente a la decadencia emocional. Es importante saberlo, ya que cada vez dedicamos más tiempo a las redes sociales y esto puede influir en nuestro bienestar mental.  
El  término malestar subjetivo no está en la literatura oficial, pero puede entenderse como un bienestar subjetivo (más conocido como felicidad) en grados bajos. Efectivamente, los usuarios más asiduos de FB tienden a ser más infelices.

Un reciente estudio aprobado por la universidad de Michigan reveló que el uso de FB por adultos jóvenes predice la disminución del bienestar. En cambio, la interacción cara-a-cara (natural) promueve afectos positivos en las personas (Kross, Verduyn, Demiralp, Park, Lee & Lin, 2013)

¿Cómo funciona el mecanismo de malestar al usar una red social más del tiempo debido? 

Filosofemos psicológicamente: Se asume que usar FB por cierto tiempo, digamos los primeros 10 minutos (50% del tiempo usado normalmente), sí genera emociones positivas; pues uno se entera de lo que hacen sus contactos, amigos o familiares a modo de un libro con fotos y además se entretiene con aplicaciones interactivas. Pasado este tiempo de entretenimiento, a esta sensación de confort (dopaminérgica) puede adherirse un leve arousal o activación emocional (excitación o "emoción" que sentimos ante un evento colosal o novedoso), el cual puede también ser positivo para la persona. Ese estado mental placentero puede ocurrir durante algunos minutos más y luego (1) disolverse para entrar más bien a un estado de "hipnosis" y/o (2) intensificarse para así generar sobreexcitación. Tanto lo primero como lo segundo desembocan en malestar subjetivo, primero a corto y luego a largo plazo.   

Así como el ver televisión crónicamente aumenta la ansiedad y disminuye el bienestar subjetivo (Frey, Benesch & Stutzer, 2007), usar la computadora constantemente puede llevar a los mismos resultados. Tras cierto tiempo, digamos unos 25 minutos después de que se entró a FB, la "emoción" y dopaje positivos pueden (1) dar  paso a un estado similar al de una hipnosis, característico en una persona que se "queda colgada" en la computadora. Dicho estado está relacionado al sistema de recompensas del cerebro (reward system), el cual muchas veces nos juega malas pasadas y nos hace seguir haciendo lo mismo y lo mismo "por inercia" esperando una recompensa virtual, tal como ocurre con ciertas compulsiones (véase ludopatía o adicciones). Dichas recompensas o rewards ilusorios pueden llevarnos poco a poco a disminuir nuestro estado de ánimo. En otros casos, (2) la persona no llega necesariamente a experimentar ese estado de "colgamiento" sino más bien, una intensificación disfuncional de las emociones, la cual desemboca en inquietud, malhumor, "nervios" o cuadros depresivos (Kross et al., 2013)

Extraída de http://www.salon.com/2013/03/04/does_reading_the_comments_affect_your_judgment/

¿Por qué se generaría el malestar subjetivo por usar la red social?  

Una explicación al malestar referido es el hecho de que la gente, al estar sentada en la oficina o recostada en un sillón o cama, se vuelve sedentaria y así genera cada vez una menor cantidad de endorfinas (Craft & Perna, 2004). A esto, se adhiere el hecho de percibir la vida "feliz" y "deseable" que la gente tanto publica en FB. Algunos se identifican con los momentos dinámicos o divertidos de estas personas virtualmente felices y adoptan las emociones que éstas demuestran en su página personal; comparten el momento con la persona.


Sin embargo, se asume que la gente tiende a percibir la mayoría de eventos como ajenos a sí y los compara con su propio estado, el cual en aquel momento, es de una predominante pasividad (e.g. una persona solitaria sentada frente a una máquina). Así surge un deseo de experimentar y compartir en la vida real esos momentos "felices" que se ven en las fotos o comentarios de los contactos; pero la realidad es totalmente estática y virtual y las circunstancias no permiten cambiarla instantáneamente, lo cual va a generar más bien frustración en la persona. Dicha frustración de "apreciar, querer y no poder", al ocurrir constante y diariamente, producirá irritabilidad, ansiedad, depresión, u otros síntomas de naturaleza patológica. Así se van acumulando estas experiencias emocionales diariamente, las cuales irán cristalizando y robusteciendo el malestar subjetivo de una persona.       

Nota: Esto no es un boycot a Facebook. Cabe mencionar otras compañías como Twitter e Instagram.


Referencias:

Kross E., Verduyn P., Demiralp E., Park J., Lee D., Lin, N. (2013). Facebook Use Predicts Declines in Subjective Well-Being in Young Adults. PLoS ONE 8(8): e69841. Enlace: http://journals.plos.org/plosone/article?id=10.1371/journal.pone.0069841

Craftm L. & Perna, F. (2004). The Benefits of Exercise for the Clinically Depressed. Journal of Clinical Psychiatry. 6(3): 104–111


Frey B., Benesch C. & Stutzer A. (2007) Does watching TV make us happy? Journal of Economic Psychology. 28 283–313

D'Onfro (2015). Here's how much time people spend on Facebook per day. Business Insider. Enlace: http://www.businessinsider.com/how-much-time-people-spend-on-facebook-per-day-2015-7