Calle Quilca, centro de Lima, 2013
Camino muy relajadamente junto a Fernando por la pintoresca calle, buscando unas revistas noventeras para su colección. Entramos a la primera tienda, que parece ser lo que queda de una casa colonial a punto de desplomarse.
"¿Tiene libros de biología?", pregunto con entusiasmo, priorizando mis intereses sobre los de Fernando.
La mujer, que está leyendo atentamente un libro añejo, se vuelve hacia mi lentamente. Con una mirada penetrante y poco amistosa, me responde:
"No, sólo tengo de Marks y Engels... y Lening, creo que también..."
Le agradezco muy coordialmente y le doy una palmada presurosa y disimulada a Fernando.
¿Qué sabría de Equidad Latinoamericana un bien acomodado economista judío prusiano; un médico argentino clasemediero con hobby de mochilero y guerrillero a la vez; o un estudiante universitario, caviarete de paso, que postea un par de fotos artis en París la Revoltosa, te paporretea lindo la Dialéctica de Engels y defiende al "indio" y al pobre como si fueran sus familiares en un indignado discurso nacional de tres horas? ¿Qué sabrían ellos
acerca de lo que realmente necesitan los pueblos predominantemente rurales y mestizo-indígenas discriminados hasta el día de hoy, los "ciudadanos de tercera clase" como dijo nuestro más famoso ex-presidente? Se insiste: ¿Qué va a pretender saber un clasemediero bien establecido en la
capital costera de un país ultracentralizado sobre las necesidades del "pobre y triste serrano" si mira el mundo desde una biblioteca o se va a Cusco, Ayacucho o Chachapoyas a turistear unos tres días para luego volver a su zona confortable de la metrópoli? ¿Con qué fundamentos podría alguno defender la justicia social y pretender incurrir en política y aplicar sus ideas abstractas a la realidad si no tiene una noción más bien objetiva de la realidad en cuestión?
Mucha gente se manda discursos enteros sobre la opresión y la injusticia entre las etnias y clases sociales pero no ha sido capaz de "ensuciarse los zapatos" por lo menos seis meses en la hostil Puna Andina o vivir en una comunidad Shipiba del Ucayali sin volver a su ciudad por un tiempo. Sin embargo, se fue de intercambio estudiantil a España o Francia y se recorrió el país de pé a pá; y no, ya no te toma "Cristal" y sigue choleando en silencio al cobrador de micro porque le cobró 0.50 más. Desde un punto de vista general, a la mayoría de jóvenes clasemedieros pudientes de Lima les importa un bledo mientras tengan una "buena caña", una Mac, una tarjeta bancaria, un Starbucks cerca y un buen sponsor o benefactor. La otra parte, la minoría, sí está muy interesada en la realidad social pero lamentablemente también muy desubicada; y es de ellos (me incluiré) de quienes quiero hablar (los otros son caso perdido). Ahora, del escritor para el lector: "si sólo estas dispuesto/a únicamente a imponer tus ideas/ideales/utopías socio-políticas a la gente y nunca a experimentar tu realidad socio-culturo-material para aprender de ella y hablar con fundamento, mejor sigue leyendo. Con toda amabilidad, sigue leyendo, pero ya no filosofía, política, ni diarios de actualidad duros y tortuosos (te hacen daño y te malogran la juventud); te recomiendo El Señor de los Anillos, Los Pilares de La Tierra o El Reino de Los Sciris (esta última es una peruana hermosísima), que son mucho más "saludables para la cabeza". Pero, ojo, tampoco pretendas querer convertir tu barrio en uno de elfos o seres quiméricos; está bien que despegues, pero acuérdate de aterrizar.
El socialismo no es malo originalmente, es sólo que la extrema derecha acomodada y "achorada" (llamada así por algunos críticos por ciertos rasgos fascistas) en general se ha asegurado de que éste sea visto como un cáncer para la sociedad, porque quieren seguir manteniendo dominio y ventaja sobre una mayoría indefensa y explotable de la población (especialmente los de bajos recursos o "etnias inferiores"); o simplemente es una reacción instintiva de ansiedad ante la potencial amenaza de la aparición de otras "etnias/tribus/clases emergentes" (ver Teoría de la Orientación hacia la Dominancia Social y Autoritarismo de Derecha). Pero no hay necesidad de mencionar por enésima vez las catastróficas consecuencias del socialismo en Latinoamérica; sabemos cómo está Venezuela (aunque hay una excepcional esperanza en el modelo Boliviano). Por el contrario, en algunos países de Europa (al otro lado del océano), doctrinas derivadas del socialismo han jugado un rol importante en la formación de modelos econopolíticos exitosos y apacibles, como el tan venerado y criticado "Modelo Nórdico" hoy en día. Este, al ser de corte socialdemócrata, es decir tirando más para izquierda, ha sido tildado de "socialista" sobre todo por toda clase de ignorantes de corte derecho-extremista; sin embargo, promueve regulada pero activamente el libre comercio (una práctica muy capitalista) sin perder un sentido - llamémosle - social-comunitario, una virtud tan propia de los pueblos nórdicos (Mooney, Tinghög & Kalkan, 2012). Es por esto que dicho modelo podría ser considerado uno mixto o híbrido como el que adopta China hoy en día (por ejemplo, siendo tan "roja" en Beijing y tan "cocacolezca" en Shanghai) (Kongshøj, 2015). Vale a su vez decir que, pese a promover el liberalismo económico, el gobierno Noruego - por ejemplo - posee la mayoría de las compañías de su país, incluso en mayor escala que el mismo gobierno Chino y que prácticamente el resto de la mayoría del mundo (Piketty, Yang & Zucman, 2017).
Mucha gente se manda discursos enteros sobre la opresión y la injusticia entre las etnias y clases sociales pero no ha sido capaz de "ensuciarse los zapatos" por lo menos seis meses en la hostil Puna Andina o vivir en una comunidad Shipiba del Ucayali sin volver a su ciudad por un tiempo. Sin embargo, se fue de intercambio estudiantil a España o Francia y se recorrió el país de pé a pá; y no, ya no te toma "Cristal" y sigue choleando en silencio al cobrador de micro porque le cobró 0.50 más. Desde un punto de vista general, a la mayoría de jóvenes clasemedieros pudientes de Lima les importa un bledo mientras tengan una "buena caña", una Mac, una tarjeta bancaria, un Starbucks cerca y un buen sponsor o benefactor. La otra parte, la minoría, sí está muy interesada en la realidad social pero lamentablemente también muy desubicada; y es de ellos (me incluiré) de quienes quiero hablar (los otros son caso perdido). Ahora, del escritor para el lector: "si sólo estas dispuesto/a únicamente a imponer tus ideas/ideales/utopías socio-políticas a la gente y nunca a experimentar tu realidad socio-culturo-material para aprender de ella y hablar con fundamento, mejor sigue leyendo. Con toda amabilidad, sigue leyendo, pero ya no filosofía, política, ni diarios de actualidad duros y tortuosos (te hacen daño y te malogran la juventud); te recomiendo El Señor de los Anillos, Los Pilares de La Tierra o El Reino de Los Sciris (esta última es una peruana hermosísima), que son mucho más "saludables para la cabeza". Pero, ojo, tampoco pretendas querer convertir tu barrio en uno de elfos o seres quiméricos; está bien que despegues, pero acuérdate de aterrizar.
El socialismo no es malo originalmente, es sólo que la extrema derecha acomodada y "achorada" (llamada así por algunos críticos por ciertos rasgos fascistas) en general se ha asegurado de que éste sea visto como un cáncer para la sociedad, porque quieren seguir manteniendo dominio y ventaja sobre una mayoría indefensa y explotable de la población (especialmente los de bajos recursos o "etnias inferiores"); o simplemente es una reacción instintiva de ansiedad ante la potencial amenaza de la aparición de otras "etnias/tribus/clases emergentes" (ver Teoría de la Orientación hacia la Dominancia Social y Autoritarismo de Derecha). Pero no hay necesidad de mencionar por enésima vez las catastróficas consecuencias del socialismo en Latinoamérica; sabemos cómo está Venezuela (aunque hay una excepcional esperanza en el modelo Boliviano). Por el contrario, en algunos países de Europa (al otro lado del océano), doctrinas derivadas del socialismo han jugado un rol importante en la formación de modelos econopolíticos exitosos y apacibles, como el tan venerado y criticado "Modelo Nórdico" hoy en día. Este, al ser de corte socialdemócrata, es decir tirando más para izquierda, ha sido tildado de "socialista" sobre todo por toda clase de ignorantes de corte derecho-extremista; sin embargo, promueve regulada pero activamente el libre comercio (una práctica muy capitalista) sin perder un sentido - llamémosle - social-comunitario, una virtud tan propia de los pueblos nórdicos (Mooney, Tinghög & Kalkan, 2012). Es por esto que dicho modelo podría ser considerado uno mixto o híbrido como el que adopta China hoy en día (por ejemplo, siendo tan "roja" en Beijing y tan "cocacolezca" en Shanghai) (Kongshøj, 2015). Vale a su vez decir que, pese a promover el liberalismo económico, el gobierno Noruego - por ejemplo - posee la mayoría de las compañías de su país, incluso en mayor escala que el mismo gobierno Chino y que prácticamente el resto de la mayoría del mundo (Piketty, Yang & Zucman, 2017).
Pero (sin salirse tanto del tema) lo importante aquí es que la mayoría de países escandinavos, los que aplican este modelo socialdemócrata (Business
Habit, 2016) son líderes mundiales en Indices de Equidad de Ingresos (Ver coeficientes de Gini de Banco Mundial o Naciones Unidas), Desarrollo Humano (United Nations Development Programme, 2017), Calidad de Vida (Organization for Economic Cooperation and Development, 2016; The Economist, 2007), e incluso capital financiero (¡sí, dolar, plata, euro, guita, harta!) bien repartido entre la población (Banco Mundial, 2017). Ante este notable contraste emergen muchas preguntas, como "¿por qué, si el espectro socialista es tan bueno en Europa, no han generado más que miseria y caos en América Latina?" Y uno se sigue preguntando ¿por qué
rayos tanta inequidad habiendo tanto populismo? ¿tal vez es más bien
oportunismo - lágrimas políticas de cocodrilo - como el de Humala? ¿por qué carajos aquí no nos funciona, señor
Fidel que en paz descanse (y se retuerza) usted en su tumba? ¿Será que seguimos
pisando la misma piedra, leyendo los mismos libros de hace 100 años? Muchos latinoamericanos
desubicados (el autor se incluye en algún momento de su existencia), gracias a
muchas doctrinas que proponen mundos ideales, han quedado ciegos, necios
"al modelo confundido de una Europa que aquí nunca pudo ser" (Banda "Bacilos",
2000); y lo peor de todo es que lo difunden como buenos, con una certeza y prepotencia desubicadas únicas, como los más de los máses.
Algunos ven tanta injusticia (económica principalmente), sienten una profunda pena, se golpean el
pecho y le prenden velas a Marx, a Engels, ¡a El Che!, entre otros,
suplicándoles que hagan algo por esta "hermosa tierra sin rumbo, a manos de corruptos descarriados (y cosas así de románticas)". Espero, de corazón, las súplicas solucionen, algún día como por arte de magia, éste problema de la inequidad.
Para volver al contexto de comparación entre países, tengo un ejemplo personal al que llamo “Problema econo-geo-político de Fin de Año” (así de largo); lo describo: para Año Nuevo, en Tegucigalpa (Honduras), de diez familias, dos tienen en la mesa un banquetón navideño (pavo, ensalada, un puré y champán); seis, una cajita feliz de McDonalds; y dos, agua con pan. En el caso de La Habana (Cuba), al parecer, el pequeño problema de fin de año está solucionado; de diez familias, las diez tienen en la mesa su cerdo, su arroz a la cubana y su mojito. Y el último caso es el de un país escandinavo. En Oslo (Noruega), de diez familias, las diez (en contraste con Tegucigalpa) tienen dos banquetones navideños (pavo, chancho, pescado, ensalada, cerveza, postre de papa, postre de manzana, etc.) cada una (es decir tienen como para dos o tres días). No, y no es que la cocina noruega sea más variada y rica que la cubana. ¿Se entendió la comparación? Espero. De lo contrario, cada lector puede revisar los datos y sacar conclusiones propias.
Volviendo al tema de la moral conflictuada, en Perú, país con gran población de ascendencia quechua, muchos han vestido camisetas del Che, casi como un Cristo; pero la pregunta es si en verdad el Che alguna vez pudo hablar quechua o shipibo. Es aceptable en José Gabriel Condorcanqui Noguera, mejor conocido como Tupac Amaru; un mestizo que habló quechua fluidamente, se autoreconocía más como "indígena" y nunca supo de socialismo; sin embargo, llevó una vida más acomodadamente criolla que pobremente indígena. Condorcanqui fue un hombre próspero económicamente hablando y probablemente tuvo ideales descontextualizados, siempre buscando la tan añorada "igualdad"; su debilidad estuvo en la forma en que llevó a cabo su revolución, terminando en un berrinche revolucionario sin razón bien sustentada. De cualquier forma, se merece un monumento por aportar parcialmente a la sociedad civilizada latinoamericana de hoy; pero esa es una historia que el lector debe buscar y analizar en otras fuentes para discutir sobre el tema. En lo que quiere hacerse hincapié es en la falta de coherencia en quienes pregonan el socialismo, la "igualdad" de los grupos sociales, pero que sin embargo llevan otro estilo de vida y sus palabras quedan simplemente en palabras. Para terminar, Cuba o Venezuela deberían ser países con calidades de vida aceptables pero, al parecer, los únicos que se llevan los beneficios del socialismo son sus líderes.
Para volver al contexto de comparación entre países, tengo un ejemplo personal al que llamo “Problema econo-geo-político de Fin de Año” (así de largo); lo describo: para Año Nuevo, en Tegucigalpa (Honduras), de diez familias, dos tienen en la mesa un banquetón navideño (pavo, ensalada, un puré y champán); seis, una cajita feliz de McDonalds; y dos, agua con pan. En el caso de La Habana (Cuba), al parecer, el pequeño problema de fin de año está solucionado; de diez familias, las diez tienen en la mesa su cerdo, su arroz a la cubana y su mojito. Y el último caso es el de un país escandinavo. En Oslo (Noruega), de diez familias, las diez (en contraste con Tegucigalpa) tienen dos banquetones navideños (pavo, chancho, pescado, ensalada, cerveza, postre de papa, postre de manzana, etc.) cada una (es decir tienen como para dos o tres días). No, y no es que la cocina noruega sea más variada y rica que la cubana. ¿Se entendió la comparación? Espero. De lo contrario, cada lector puede revisar los datos y sacar conclusiones propias.
Volviendo al tema de la moral conflictuada, en Perú, país con gran población de ascendencia quechua, muchos han vestido camisetas del Che, casi como un Cristo; pero la pregunta es si en verdad el Che alguna vez pudo hablar quechua o shipibo. Es aceptable en José Gabriel Condorcanqui Noguera, mejor conocido como Tupac Amaru; un mestizo que habló quechua fluidamente, se autoreconocía más como "indígena" y nunca supo de socialismo; sin embargo, llevó una vida más acomodadamente criolla que pobremente indígena. Condorcanqui fue un hombre próspero económicamente hablando y probablemente tuvo ideales descontextualizados, siempre buscando la tan añorada "igualdad"; su debilidad estuvo en la forma en que llevó a cabo su revolución, terminando en un berrinche revolucionario sin razón bien sustentada. De cualquier forma, se merece un monumento por aportar parcialmente a la sociedad civilizada latinoamericana de hoy; pero esa es una historia que el lector debe buscar y analizar en otras fuentes para discutir sobre el tema. En lo que quiere hacerse hincapié es en la falta de coherencia en quienes pregonan el socialismo, la "igualdad" de los grupos sociales, pero que sin embargo llevan otro estilo de vida y sus palabras quedan simplemente en palabras. Para terminar, Cuba o Venezuela deberían ser países con calidades de vida aceptables pero, al parecer, los únicos que se llevan los beneficios del socialismo son sus líderes.
Referencias:
Kongshøj, K. (2015). Social Citizenship in China and the Nordic Countries: Amorphous Welfare States and their Normative Foundations. Aalborg Universitetsforlag. Ph.d.-serien for Det Samfundsvidenskabelige Fakultet, Aalborg Universitet https://doi.org/10.5278/vbn.phd.socsci.00029
Mooney, G., Tinghög, G., & Kalkan, A. (2012). The Need for a New Paradigm in Scandinavian Health Economics. Nordic Journal Of Health Economics, 1(2). doi:http://dx.doi.org/10.5617/njhe.325
Kongshøj, K. (2015). Social Citizenship in China and the Nordic Countries: Amorphous Welfare States and their Normative Foundations. Aalborg Universitetsforlag. Ph.d.-serien for Det Samfundsvidenskabelige Fakultet, Aalborg Universitet https://doi.org/10.5278/vbn.phd.socsci.00029
Mooney, G., Tinghög, G., & Kalkan, A. (2012). The Need for a New Paradigm in Scandinavian Health Economics. Nordic Journal Of Health Economics, 1(2). doi:http://dx.doi.org/10.5617/njhe.325
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