¿Por qué nuestra cartera de candidatos presidenciales es tan mala?
Pues porque es lo que tenemos. De eso estamos hechos los peruanos. Los peruanos somos producto de la criollización y cholificación criolla, somos una suerte de interesante mutación acostumbrada a transgredir normas éticas. ¿Cree usted acaso que hay algún santo no descubierto por allí? ¿una suerte de Mesías inmaculado? Si de ética o moral (como comunmente la llaman) políticas hablamos, ¿dónde tendríamos que buscar al gobernante indicado? Tal vez en Suecia, donde hay casi 0 de corrupción percibida. Bueno, importemos un sueco, a ver si quiere venir a gobernar esta selva ingobernable.
¿Qué cara tenemos de juzgar limpiamente a las autoridades cuando nosotros mismos los tratamos como corruptos y nos hacemos cómplices en el día a día? |
Mírese al espejo
¿En serio cree que la respuesta a un gobernante íntegro esta allá en el vecino, afuera o en el extranjero? ¿Por qué no empieza por usted mism@? Antes de quejarse, observe cuál es su hacer diario, a quiénes está criando y luego observe bien su espejo. Antes de gritar "corrupto", observe si en su hogar, si en una sociedad bajo su mando está usted aplicando corrupción. Pongamos el ejemplo de un viaje familiar; lo que queremos es llegar rápido y sin que "nadie nos joda", pero está este "policía corrupto" con ganas de "sacar para la gaseosa" y lo detiene. Uno automáticamente sabe que tiene dos opciones: o le paga mucho menos al policía o le paga al gobierno, que es un dineral. Algunos, sin que el policía les insinúe ya se adelantan a la transacción. Ante esto, si usted es alguien capaz de pagarle al gobierno antes que al mismo policía, de evitar la corrupción cotidiana (porque sí, eso es corrupción), entonces siéntase con todo el derecho de vociferar limpiamente. Si usted es, por el contrario, alguien que cede a lo más bajo, entonces cállese la boca, hipócrita.
Mire bien su espejo.
Mire bien bien su espejo. Sí, nuevamente.
Mire bien su espejo.
Mire bien bien su espejo. Sí, nuevamente.
Sí, es usted. No es una ventana que muestra a los políticos de allá del palacio, es usted mism@.
Según la teoría organizacional actual, una de las mejores formas de predecir comportamientos es haciendo un registro de los comportamientos del pasado y sus circunstancias. La forma en la que actuaron antes será la forma en la que actuarán, a veces, elevada a la n potencia dependiendo de las circunstancias. Si usted ha cometido un delito leve, una piltrafita pasada por agua caliente, nada grave, como dar coima a un policía -y peor aún, si lo ha hecho delante de menores-, tenga la certeza de que sus probabilidades de convertirse en un político corrupto y las probabilidades del menor a su cargo son bastante altas. La corrupción no sólo está en la clases "ricas y blancas" como siempre se ha pensado. La corrupción está en nuestro espejo y en las "clases pobres y no blancas". Por poner un ejemplo, vaya usted a ferias como el playlandpark o lugares de tramitación donde hay colas interminables. Si no se da cuenta de la cantidad de cutreo que existe en nuestra sociedad, está usted ciego.
¿Solución?
Antes de proponer la solución, se quiere dar dos ejemplos que muestran una variable adicional a la de la propia vida civil y la crianza: la variable del sistema promotor de la transgresión.
Ejemplos 1: El peruano que maneja como gringo
¿Por qué acá manejamos "hasta el c...lo" y cuando nos mudamos a un país "primermundista" nos reformamos (mutamos) de forma casi milagrosa? Existe una teoría aún por explorar, que afirma que el mismo hombre puede delinquir en el pueblo A y hacer la más noble de las obras en el pueblo B (Ver historia de Robin Hood y canción "Playa Girón" de Silvio Rodriguez). En efecto, son las normas ético-civiles de una ciudad o grupo social las que definen el comportamiento de sus habitantes. Si estas son coherentes, constantes y rígidas, sólo un loco osará a transgredirlas. Yamamoto (2018), ante las violaciones masivas en el país, hizo hincapié en el sistema de supervisión y castigo a los transgresores (violadores literales), antes que a las campañas psico-culturales contra la agresión sexual. Es decir, formuló que la variable más importante para combatir el crimen en el país es el cumplimiento estricto de las normas penales en un sistema penal que realmente funcione y sea respetado por los civiles; si este es pasado por agua caliente, el criminal potencial prácticamente "se zurrará" y cometerá el delito. Sin embargo, existirían otras variables que predirían el acto corrupto.
Ejemplo 2: el oriental malogrado fuera de su tierra.
Démosle duro a Japón, un país emblemático, no sólo mundial sino también nacionalmente. ¿Quién odia los makis? ¿Quién odia a Fujimori? Bueno, habrá infinidad de respuestas; lo cierto es que lo oriental ha estado muy presente en nuestra cultura. Vayamos al grano: Japón es el país con menor tasa de crímenes en el mundo y está dentro de los 20 países menos corruptos. ¿Cómo es posible que un nikei, o japodescendiente haya sido un genocida y un corrupto, si en su país no existe ese tipo de calamidades? Si bien lo llevan en la sangre, en la crianza, es cierto que en un contexto "flojo", es decir donde "reina la ley de la selva", el zanahoria se terminará contagiando. En este caso, si el japonesito lorna se junta con la banda de los "peruchos criollones", los vivazos, terminará sucumbiendo. Es ese el resultado, sobre todo el que vimos en los vladivideos. Hablando de Alberto Fujimori, fue un hijo de nipones que permitió transacciones corruptas y se le dejó hacer lo que quisiera respecto al dinero. Probablemente todos los involucrados, peruanos por cierto, antes que decir "no gracias, paso", estaban esperando su trozo de pastel. Pero en el momento que todo sale a la luz, usualmente ante una guerra política, todos esconden la mano y se hacen los ciegos y sordos.
Así, se tendría dos variables que causan la corrupción y deben ser intervenidas:
Démosle duro a Japón, un país emblemático, no sólo mundial sino también nacionalmente. ¿Quién odia los makis? ¿Quién odia a Fujimori? Bueno, habrá infinidad de respuestas; lo cierto es que lo oriental ha estado muy presente en nuestra cultura. Vayamos al grano: Japón es el país con menor tasa de crímenes en el mundo y está dentro de los 20 países menos corruptos. ¿Cómo es posible que un nikei, o japodescendiente haya sido un genocida y un corrupto, si en su país no existe ese tipo de calamidades? Si bien lo llevan en la sangre, en la crianza, es cierto que en un contexto "flojo", es decir donde "reina la ley de la selva", el zanahoria se terminará contagiando. En este caso, si el japonesito lorna se junta con la banda de los "peruchos criollones", los vivazos, terminará sucumbiendo. Es ese el resultado, sobre todo el que vimos en los vladivideos. Hablando de Alberto Fujimori, fue un hijo de nipones que permitió transacciones corruptas y se le dejó hacer lo que quisiera respecto al dinero. Probablemente todos los involucrados, peruanos por cierto, antes que decir "no gracias, paso", estaban esperando su trozo de pastel. Pero en el momento que todo sale a la luz, usualmente ante una guerra política, todos esconden la mano y se hacen los ciegos y sordos.
Así, se tendría dos variables que causan la corrupción y deben ser intervenidas:
- El grado de eticidad de nuestros actos civiles cotidianos. Este grado de eticidad dependerá de nuestra crianza y la enseñanza que les demos a los menores, futuros ciudadanos del país. Si, por ejemplo, un hijo nos ve coimeando, pasándonos la fila o pagando a un tramitador para obtener nuestros documentos con mayor facilidad y rapidez, dé por sentado que éste tiene más probabilidades de caer en corrupción en el futuro. La idea es reajustar nuestros actos y promover las buenas costumbres desde nuestro propio testimonio de vida. No sólo vociferar al aire y mirar la paja en el ojo ajeno.
- La fortaleza y consistencia del sistema de normas ético-civiles. Si el sistema no es es fuerte y más bien débil, la gente se "pasará todo por agua caliente" y le importará un bledo transgredir las normas. La idea es promover y luchar contra la marea transgresora para que se establezcan contundentemente normas éticistas escritas en papel y asegurarse de que sean cumplidas. No basta con aumentar la cantidad de policías si estos no están preparados éticamente; así más bien la plaga se expandirá más. Si tienes a tu cargo un grupo de personas (a) crea un reglamento (podría ser un RIT) basado en pilares éticos y (b) asegúrate, aparte de cumplir el reglamento tu mism@, de que estas personas lo estén cumpliendo.
Conclusión
En síntesis, se ha mencionado dos variables que influyen en nuestro comportamiento corrupto:
Primero, la variable de grado de eticidad de nuestros propios actos. ¿Cuán íntegros somos para hacer algo tan simple como respetar al peatón en un paso de zebra? ¿Cuántas de cuántas veces hemos hecho una coima? Y así pueden continuar las preguntas. Si ve que la juventud actual tiene este patrón bacteriano de comportamiento (la vivarachez), ya puede ir imaginándose qué gobernantes tendremos en el futuro. Corrija a su padre, hija, vecino, amigo, y finalmente a usted mism@, obviamente bajo principios éticos. Si no tiene idea de qué es algo ético y no quiere perder su tiempo leyendo, el autor recomienda el Nuevo Testamento de la Biblia (el autor no pertenece a religión alguna).
Segundo, el ser humano, pese a tener una buena crianza, es un ser muy influible y por tanto altamente corruptible. Esto ocurre en todas partes del mundo y obviamente en unos países mucho más que en otros. ¿Qué pasaría si trajéramos a un diputado sueco (país con la menor corrupción del mundo) a Perú por 5 años? ¿Terminaría corrompiéndose? No hay estudios que den indicadores de comportamiento al respecto, pero lo más probable es que sí, este diputado sueco termine corrompiéndose y efectivamente haciéndose el sueco como el resto de su equipo de trabajo. Por tanto, si sabemos de alguien que es íntegr@, no nos confiemos, la carne es débil. Tomemos precauciones hasta contra nosotr@s mism@s. Tracemos un esquema de comportamiento ético y hagámoslo cumplir; no es tan fácil reunirse a escribir un reglamento pero tampoco es cosa de otro mundo. Intentémoslo desde ahora.
En síntesis, se ha mencionado dos variables que influyen en nuestro comportamiento corrupto:
Primero, la variable de grado de eticidad de nuestros propios actos. ¿Cuán íntegros somos para hacer algo tan simple como respetar al peatón en un paso de zebra? ¿Cuántas de cuántas veces hemos hecho una coima? Y así pueden continuar las preguntas. Si ve que la juventud actual tiene este patrón bacteriano de comportamiento (la vivarachez), ya puede ir imaginándose qué gobernantes tendremos en el futuro. Corrija a su padre, hija, vecino, amigo, y finalmente a usted mism@, obviamente bajo principios éticos. Si no tiene idea de qué es algo ético y no quiere perder su tiempo leyendo, el autor recomienda el Nuevo Testamento de la Biblia (el autor no pertenece a religión alguna).
Segundo, el ser humano, pese a tener una buena crianza, es un ser muy influible y por tanto altamente corruptible. Esto ocurre en todas partes del mundo y obviamente en unos países mucho más que en otros. ¿Qué pasaría si trajéramos a un diputado sueco (país con la menor corrupción del mundo) a Perú por 5 años? ¿Terminaría corrompiéndose? No hay estudios que den indicadores de comportamiento al respecto, pero lo más probable es que sí, este diputado sueco termine corrompiéndose y efectivamente haciéndose el sueco como el resto de su equipo de trabajo. Por tanto, si sabemos de alguien que es íntegr@, no nos confiemos, la carne es débil. Tomemos precauciones hasta contra nosotr@s mism@s. Tracemos un esquema de comportamiento ético y hagámoslo cumplir; no es tan fácil reunirse a escribir un reglamento pero tampoco es cosa de otro mundo. Intentémoslo desde ahora.